El presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador invitó este fin de semana a dos gobernadores de la oposición a que se incorporaran a su gobierno en lo que parece ser un intento de ganar apoyos tanto del Partido Revolucionario Institucional (PRI) como del Partido de Acción Nacional (PAN) en esta segunda mitad de su administración.
La invitación fue para Quirino Ordaz, del PRI, que está a punto de acabar su mandato como gobernador de Sinaloa. Y ayer para el panista Antonio Echevarría, el empresario que ha dirigido hasta ahora el estado de Nayarit. En ambos casos alabó la gestión realizada en esos dos estados del Pacífico mexicano.
A Ordaz, el gobierno lo ha propuesto como embajador en España, un importante socio de México, pero con el que ha habido ciertas tensiones tanto porque López Obrador pidió al rey que pida perdón por la Conquista como por las continuas críticas del presidente a la actuación de las empresas españolas –sobre todo energéticas– en el país.
En el segundo caso, el mandatario no especificó cuál sería el encargo para Echevarría.
El presidente dejó la puerta abierta a invitar a colaborar con el Ejecutivo a otros altos funcionarios opositores que acaban ahora su mandato fruto de las elecciones de medio término del pasado mes de junio.
López Obrador ganó la elección de 2018 por una abrumadora mayoría y con un discurso muy duro contra los gobiernos anteriores (del PRI y del PAN) a quienes ha calificado como «la mafia del poder» y tachado de corruptos.
Sin embargo, durante la primera mitad de su administración, aunque este discurso se mantuvo, su trato con los gobernadores priistas, muchos de ellos a cargo de algunos de los estados con mayor índice de violencia vinculada al crimen organizado, fue sorprendentemente bueno incluso durante la pandemia de coronavirus, que exacerbó muchas críticas contra el Ejecutivo federal.
En las votaciones de junio, el partido de López Obrador, Morena, se mantuvo como principal fuerza política, pero perdió poder en el Congreso, con lo que el oficialismo se mostró más dispuesto al diálogo ya que ahora necesita, además del apoyo de sus aliados tradicionales, a los diputados opositores si quieres sacar adelante muchas de sus iniciativas o reformas constitucionales. Y ahí todo apunta a que la voluntad de entendimiento es mayor con el PRI que con el PAN.
Esta semana, por ejemplo, gracias a los votos de los priistas, Morena logró sacar adelante la nueva Ley de la Armada que amplía las funciones de este cuerpo e institucionaliza su participación en la seguridad interior.