La policía de Madrid arrestó al general venezolano Hugo Carvajal por cargos relacionados con drogas que enfrenta en Estados Unidos, casi dos años después de que desafió una orden española de extradición y desapareció.
Carvajal, exdirector de contrainteligencia militar y quien durante más de una década fue los ojos y oídos del presidente Hugo Chávez en las fuerzas armadas, fue arrestado por la noche en el pequeño apartamento en el que se ocultaba.
En un comunicado publicado en redes sociales, la policía de España señaló que Carvajal vivía «totalmente enclaustrado, sin salir al exterior ni asomarse a la ventana, y siempre protegido por personas de confianza». El texto estaba acompañado por un breve video en el que se aprecia a agentes policiales fuertemente armados cuando esposan a Carvajal.
El gobierno izquierdista de España aprobó el año pasado la extradición de Carvajal a territorio estadounidense, donde enfrenta cargos federales por presuntamente trabajar con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia para «inundar» Estados Unidos con cocaína.
La orden de extradición fue emitida luego de una batalla jurídica en la que la Audiencia Nacional de España revocó un fallo previo, emitido por un magistrado del máximo tribunal, en el que se rechazó la orden de arresto estadounidense con el argumento de que estaba motivada políticamente. Mientras tanto, Carvajal fue puesto en libertad y nunca se volvió a saber de él, salvo por un breve mensaje publicado en redes sociales el año pasado en el que dijo que se ocultó para protestar por lo que consideraba era interferencia política en su caso. Se ha declarado inocente.
Volvió a aparecer en redes sociales este mes, publicando lo que podría ser un adelanto de la que sería su defensa: una declaración en la que acusa al expresidente colombiano Álvaro Uribe, que durante años fue el principal apoyo de Estados Unidos en la guerra contra las drogas, de «fabricar» evidencia en su contra y del gobierno de Chávez incluso mientras cooperaba con fiscales estadounidenses para arrestar a narcos colombianos ocultos en Venezuela.
Carvajal escribió que se trata de una mentira que a la larga se vendrá abajo, y señaló que confía en que la verdad prevalecerá.
Se desconoce cuándo podría ser enviado a Estados Unidos. Pero una solicitud de asilo que presentó ante las autoridades españolas en 2020 podría influir para que su extradición avance más despacio.
Apodado «El Pollo», Carvajal ha sido una pesadilla para la DEA durante más de una década.
Acusado formalmente por primera vez en 2011, se salvó por poco de ser extraditado cuando fue arrestado en Aruba en 2014 mientras era cónsul general de Venezuela en esa isla holandesa del Caribe.
El gobierno del presidente Nicolás Maduro presionó exitosamente a Aruba, que se ubica a sólo unos kilómetros de Venezuela, para que pusiera en libertad a Carvajal, y cuando fue liberado tuvo una recepción de héroe en Caracas.
Pero nunca fue confidente de Maduro, y en la complicada política interna del partido gobernante (el Partido Socialista Unido de Venezuela), fue relegado a un papel menor en la Asamblea Nacional.
En 2019, después de que el líder opositor Juan Guaidó encabezó manifestaciones y rápidamente obtuvo el reconocimiento de Washington como mandatario legítimo de Venezuela, Carvajal rechazó abiertamente al gobierno, exhortando a los militares a romper con Maduro.
Mientras estaba prófugo –de la DEA y de Maduro–, Carvajal viajó a la capital española desde la República Dominicana encubriendo su verdadera identidad. Pero fue recibido en el aeropuerto de Madrid por dos agentes españoles de inteligencia, reportó la AP previamente.
Desde Europa, Carvajal tenía esperanzas de aprovechar sus contactos y conocimiento de la forma de operar del Estado venezolano para orquestar una rebelión contra Maduro respaldada por las fuerzas armadas.
Pero para frustración de muchos en la oposición venezolana que en secreto han intentado granjearse el favor de los militares de alto rango del país, Carvajal fue arrestado por petición estadounidense días antes de una fallida rebelión en los cuarteles el 30 de abril de 2019.
El gobierno de Maduro no ha emitido comentarios por el momento.
El proceso contra Carvajal en Nueva York gira en torno a un avión DC-9 procedente de Caracas que aterrizó en el sur de México en 2009 con 5,6 toneladas de cocaína empacada en 128 maletas. Carvajal dijo que investigaciones judiciales en Venezuela y México nunca lo vincularon con el incidente y que el presunto propietario del avión respalda su coartada.
Pero enfrenta evidencia incriminatoria de registros telefónicos, libros contables y el testimonio de al menos 10 testigos, según una declaración jurada de un agente especial de la DEA. Esos testigos incluyen a miembros y socios del «cártel de los Soles», exfuncionarios venezolanos de alto rango, según la declaración jurada.
La acusación formal estadounidense también repite una acusación de que Carvajal le proporcionaba a la guerrilla colombiana armas y protección dentro de Venezuela.
El exgeneral se ha mofado de las acusaciones. Dice que sus contactos con las FARC –a las que Estados Unidos designó una organización terrorista– fueron autorizados por Chávez y limitados a lograr la liberación de un empresario venezolano secuestrado y preparar el terreno para concretar conversaciones de paz con el gobierno colombiano.