Al conmemorarse el Día Internacional de las Víctimas de Desapariciones Forzadas, más de un centenar de personas protestaron el lunes en Colombia utilizando sus cuerpos para formar el número 6.402, una cifra que es símbolo de uno de los capítulos más oscuros del conflicto armado: los «falsos positivos», civiles asesinados por el ejército que falsamente los hacía pasar por guerrilleros.
«Acá en Colombia la muerte se volvió un paisaje, acá lo quieren justificar (diciendo) que eran delincuentes… si ellos no tienen voz, nosotros vamos a hablar por ellos», dijo a The Associated Press Beatriz Méndez, madre de Weimar Armando Castro Méndez, quien desapareció en junio de 2004 y luego fue encontrado sin vida y con ropa que solían usar los guerrilleros pero que no le pertenecía.
En febrero de este año la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP), un tribunal creado para juzgar los hechos del conflicto armado en Colombia reveló que en el país hubo 6.402 «falsos positivos», el triple de las víctimas que se conocían hasta ese momento.
«Cuando empezó a conocerse la cifra de la JEP varios universitarios se horrorizaron con la idea y dijeron que había que hacer algo y entonces surgió la idea de hacer una performance que consistía en protestar pacífica y silenciosamente haciendo el número 6.402 con su cuerpo», relató a AP Rafael Orozco, director de la performance mundial. «Se hace con un mensaje único: que algo así nunca vuelva a suceder», agregó.
Las víctimas de «falsos positivos» esperaban que este lunes el exgeneral Mario Montoya Uribe se convirtiera en el primer comandante del Ejército en ser imputado en casos de ejecuciones extrajudiciales, sin embargo, un juez rechazó la petición de la Fiscalía para realizar la imputación en la que lo señalaban de presuntamente auspiciar 104 homicidios de civiles en estado de indefensión.
El juez consideró que la Fiscalía podrá seguir las etapas de investigación e indagación, pero que tiene un poder limitado para realizar acusaciones ante los jueces, debido a que el exmilitar se acogió a la JEP en octubre de 2018, por lo que la competencia para imputar le correspondería al tribunal de paz y no a la justicia ordinaria.
Durante la protesta fueron utilizadas decenas de botas debido a que algunos jóvenes asesinados aparecían con las botas puestas al revés y con uniformes de guerrilleros que no tenían rastros de balas, pese a que los cuerpos mostraban las heridas.
Para esta performance escogieron el Día Internacional de las Víctimas de Desapariciones Forzadas creado por las Naciones Unidas y pidieron la participación de personas en todo el mundo. Orozco indicó que han recibido reportes de estos actos simbólicos en más de 30 ciudades incluidas Londres, París, Montreal, Barcelona, Madrid y Buenos Aires.