Altas temperaturas y vientos cada vez más fuertes se sumaron el domingo a los desafíos que enfrentan los bomberos que combaten los incendios forestales en el norte de California, incluida una conflagración que sigue avanzando hacia la región turística del lago Tahoe.
«Va a ser el día más caluroso desde que empezó el incendio y, desafortunadamente, probablemente sea el más seco», comentó Isaac Lake, portavoz de las noticias relacionadas con el incendio Caldor, que lleva dos semanas ardiendo.
Las llamas arrasaban con las montañas ubicadas a unos cuantos kilómetros al suroeste de la cuenca del lago Tahoe, donde unas espesas columnas de humo provocaron que los turistas empezaran a empacar en un momento en el que las vacaciones de verano deberían estar en pleno apogeo previo al fin de semana festivo por el Día del Trabajo.
Se pronosticaban temperaturas de más de 37 grados Celsius y se tiene previsto que el calor extremo dure varios días, comentó Lake. Se emitió una alerta roja por condiciones críticas de incendio para el lunes y el martes en toda la Sierra Norte.
Los equipos que trabajaban en terrenos escarpados se esforzaban para apagar los fuegos provocados por los fuertes vientos.
«Está tan seco que cuando las brasas vuelan hacia los terrenos sin quemar, la probabilidad de ignición es del 90%», dijo Lake.
El incendio que estalló el 14 de agosto estaba contenido en un 19% luego de consumir 635 kilómetros cuadrados (245 millas cuadradas) —una zona más grande que la ciudad de Chicago. Más de 600 estructuras han sido destruidas y por lo menos 18.000 están en riesgo.
El incendio Caldor ha sido tan difícil de combatir que los bomberos retrasaron la fecha prevista para alcanzar la contención total de principios de esta semana al 8 de septiembre. Sin embargo, incluso ese estimado era poco fiable.
En el sur de California, una sección de la autopista interestatal 15 fue cerrada el domingo por la tarde luego de que los vientos empujaron un nuevo incendio, nombrado Railroad, a través de los carriles en el Puerto del Cajón, al noreste de Los Ángeles.
Mientras tanto, el incendio Dixie, el segundo más grande en la historia de California con una extensión de 3.089 kilómetros cuadrados (1.193 millas cuadradas), estaba contenido en un 48% en la región de Sierra-Cascades, a unos 105 kilómetros (65 millas) al norte del incendio Caldor. Había unas 700 viviendas entre los cerca de 1.300 inmuebles que han quedado destruidos desde que el fuego comenzó a principios de julio.
Más 15.200 bomberos combaten más de una decena de incendios de gran tamaño a lo largo y ancho de California. Las llamas han destruido alrededor de 2.000 estructuras y obligado a miles a evacuar sus viviendas este año, al tiempo que el humo cubre grandes franjas del oeste de la nación.