La oficina del primer ministro de Israel instó al ex primer ministro Benjamín Netanyahu a devolver decenas de obsequios costosos que recibió mientras ocupaba el cargo.
La solicitud de la oficina del primer ministro Naftali Bennett se produce mientras, según reportes, Netanyahu está de vacaciones en una isla privada en Hawai, propiedad casi en su totalidad del multimillonario Larry Ellison. El fundador de Oracle es amigo de Netanyahu y también testigo de la parte acusadora en el juicio por corrupción del exlíder.
Se sabe que el primer ministro con más años de servicio y ahora líder de la oposición disfruta de un estilo de vida lujoso, a menudo a expensas de los contribuyentes, y está siendo juzgado por presuntamente aceptar obsequios costosos de socios adinerados.
Netanyahu, destituido y luego reemplazado por Bennett en junio, niega todos los cargos y ha dicho que es víctima de una campaña de difamación.
Un alto funcionario israelí, que habló bajo condición de anonimato porque no estaba autorizado a hablar con los reporteros, confirmó que la oficina del primer ministro se puso en contacto con Netanyahu para pedirle que devuelva los obsequios que recibió como primer ministro. El diario Maariv, que dio a conocer la historia primero, dijo que se le pidió a Netanyahu devolver 42 artículos, incluidos obsequios del expresidente estadounidense Barack Obama y el mandatario ruso Vladimir Putin.
Es costumbre que los líderes extranjeros se otorguen obsequios entre sí durante los viajes oficiales. Pero los regalos con valor superior a unos 90 dólares son propiedad del estado de Israel. Netanyahu y su esposa, Sara, no los devolvieron, según una carta enviada por el asesor legal en la oficina del primer ministro, dijo Maariv.
Los obsequios no devueltos supuestamente incluyen una caja rectangular de vidrio decorada con hojas de oro, con la firma de Obama y la primera Biblia de Putin.
En un comunicado, la familia Netanyahu dijo que se han devuelto todos los obsequios que la ley requería que se devolvieran.
Desde su primer mandato en la década de 1990, Netanyahu y su esposa eran sospechosos de quedarse con regalos y otras contribuciones que recibían de líderes mundiales. Su último periodo estuvo repleto de escándalos sobre su gasto oficial, por ejemplo, que en 2012 gastó en sus helados favoritos unos 3.200 dólares del dinero de los contribuyentes o un viaje de seis días en 2016 a Nueva York con un cargo al erario de 600.000 dólares.