Un inusual aguacero se convirtió en unos minutos en un impetuoso torrente de lodo, piedras y escombros que se abrió paso ladera abajo arrasando casas y calles en el municipio andino de Tovar, en el occidente de Venezuela, donde sus residentes apenas contaron con unos segundos para ponerse a salvo.
Esa fortuna no fue para todos. En este municipio agroturístico del Valle de Mocotíes, en el estado Mérida, a unos 800 kilómetros al suroeste de Caracas, 13 personas fallecieron como consecuencia de las lluvias y deslaves que azotaron entre el lunes y martes al país.
La cifra oficial de fallecidos se elevó a 20 el miércoles tras la recuperación de varios cuerpos, todos en Mérida, dijo Jehyson Guzmán, dirigente oficialista y también llamado «protector» del lugar, que es una instancia que creó el gobierno de Maduro paralela a la gobernación de esa entidad que controla la oposición.
Uno de los afectados era el bombero Héctor Carrero, quien luego de varias horas seguidas de lluvia se activó el lunes para ir a un lugar cercano a socorrer a una familia en aprietos, sin saber que la de la suya propia estaría en peligro unos minutos después.
Tras abrir un boquete para drenar el agua en la vivienda afectada en el sector conocido como Carrera 11, el bombero se dispuso a regresar a su casa 20 minutos después y «me conseguí con la sorpresa de (que) este deslave» aisló el sector donde reside.
«No pude avanzar» a la casa en medio de la oscuridad, «y bueno, gracias a dios mi esposa logró rescatar a mis hijas», así como a unos vecinos que se refugiaron con la familia, relató el jueves a The Associated Press.
Cuando bajó el agua, que alcanzó el segundo nivel de la vivienda, «ellas lograron salir por la parte posterior hacia un lindero» que conectaba con una calle en un lugar más elevado, donde el alud afectó poco, acotó el bombero, quien se recriminaba por haberlas dejado en medio del temporal. Luego de un desesperado y persistente intento de llegar a casa, su esposa le confirmó a gritos que estaban bien y que apenas sufrieron algunas heridas leves.
«Pensé que si perdía mis hijas en esto no me lo iba a perdonar», comentó.
El gobierno del presidente Nicolás Maduro dijo que unas 55,000 personas se han visto afectadas por las fuertes inundaciones y deslaves.
Colaboradores próximos a Maduro, entre ellos Guzmán, rechazaron la versión de algunos críticos del gobierno que reportaron más fallecidos.
En la víspera, Guzmán admitió que los daños materiales «son muy considerables» y destacó que desde el miércoles las condiciones climáticas fueron favorables, lo que permitió que la maquinaria avanzara para despejar las vías y llegar a sitios remotos que quedaron aislados en las empinadas montañas del estado Mérida, donde 60 kilómetros de carreteras quedaron tapiadas por derrumbes o fueron arrasadas por las aguas.
En Mérida, la región más perjudicada por las lluvias torrenciales, las autoridades realizaban intensas labores de búsqueda de los desaparecidos, sin dar detalles de cuantos son.
De acuerdo con cifras del gobernador opositor de Mérida, Ramón Guevara, 17 personas permanecen desaparecidas y se contabilizan 142 viviendas destruidas en el Valle de Mocotíes, además de otras 215 con daños parciales.
En Tovar — ubicado al oeste del estado Mérida y con una población de unos 38.469 habitantes — se produjeron desde el lunes deslaves en la cordillera localizada al margen de los desbordados ríos Mocotíes y Chama. Varios centros poblados de Mérida aún se encuentran sin servicio eléctrico y se reportan fallas en los servicios de telefonía fija y móvil, ocasionadas por los aludes de piedras y lodo.
Al menos 8,098 viviendas han quedado destruidas por inundaciones y deslaves en todo el país y el gobierno de Maduro » atiende a más de 54,553 personas afectadas por lluvias», señaló el ministro de Relaciones Interiores, Remigio Ceballos.
De las 23 regiones en las que se divide el país, los estados más afectados son Amazonas, Apure, Aragua, Barinas, Bolívar, Delta Amacuro, Mérida Monagas, Táchira y Zulia, además de algunas zonas de la capital venezolana, Caracas.