Cientos de bomberos griegos y polacos combatían el jueves un importante incendio que consumía por cuarto día un monte de pino al noroeste de la capital de Grecia, Atenas.
El fuego, próximo a la localidad de Vilia, a unos 60 kilómetros (37 millas) de Atenas, ya ha arrasado miles de hectáreas (acres) de terreno y provocó órdenes de evacuación para varias aldeas de la zona. Los fuertes vientos previstos para más tarde en el día podrían complicar las labores de extinción.
Según el departamento de bomberos, 427 efectivos, incluyendo 143 polacos, luchaban contra el fuego con la ayuda de 149 vehículos. Cinco hidroaviones y otros tantos helicópteros participaban desde el aire, mientras que el ejército aportó mano de obra y maquinaria.
El incendio de Vilia es el último de los cientos registrados en todo el país este mes, avivados por una ola de calor — la más severa en unas tres décadas — que secó bosques y matorrales.
Los fuegos llevaron al límite la capacidad de los servicios de extinción griegos y el gobierno pidió ayuda internacional, incluso a través del sistema de respuesta a emergencias de la Unión Europea. Alrededor de 24 naciones europeas y de Oriente Medio respondieron enviando aviones, helicópteros, vehículos y cientos de bomberos, aunque la mayoría han regresado ya a casa.
Las causas no se conocen oficialmente pero más de una docena de personas han sido arrestadas por supuesto incendio intencionado.
El intenso calor y los fuegos han golpeado también a otras naciones mediterráneas. En Francia, los bomberos luchaban para contener uno en la Riviera, mientras que las llamas se cobraron la vida de al menos 75 personas en Argelia y de 16 más en Turquía. El empeoramiento de la sequía y el calor han alimentado también los incendios en el oeste de Estados Unidos y en Siberia, en el norte de Rusia.