El estado más poblado de Australia, Nueva Gales del Sur, registró la cifra récord de 633 casos nuevos de COVID-19 el miércoles, y aumentaba la preocupación de que la variante delta se propagará más allá de Sydney.
El récord anterior del estado, que incluye a Sydney, fue de 466 casos el sábado. Tres personas murieron el miércoles, lo que elevó la cifra total de decesos desde que se detectó el foco a 60.
«No puedo exagerar mi preocupación ante el aumento de los casos», dijo la principal funcionaria de salud del estado, Kerry Chant. «Estoy increíblemente preocupada».
También se registraron casos en poblaciones del oeste, norte y centro en los últimos días, dijo el vicepremier John Barilaro. «La cepa delta está colocando a Nueva Gales del Sur en el filo de la navaja».
Sydney está bajo cuarentena desde el 26 de junio y el estado en su totalidad desde el sábado.
La premier Gladys Berejiklian ha rechazado las críticas de que necesita endurecer las restricciones. Sostiene que la cuarentena es «extremadamente severa y estricta», basada en las recomendaciones de los expertos en salud.
Canberra, la capital nacional, rodeada por Nueva Gales del Sur, registró 22 casos nuevos, originados en el foco de Sydney. Se han detectado 67 casos desde que se descubrió el coronavirus en Canberra el jueves pasado.