En esta imagen del 10 de diciembre de 2001, Shannon Spann, esposa del agente de la CIA Johnny Michael Spann, sigue el féretro de su marido hacia la tumba mientras carga a su hijo de seis meses de edad, Jake, en el Cementerio Nacional de Arlington, en Arlington, Virginia. Foto: La Hora/AP/Doug Mills.

MONTGOMERY, Alabama, EE.UU. / AP

Mike Spann, un infante de Marina que se convirtió en agente de la CIA, sentía que era su deber ir a Afganistán tras los atentados del 11 de septiembre de 2001.

En una de sus últimas llamadas telefónicas a casa para hablar con sus hijos, le dijo a su padre que tenía esperanzas de que recabarían información para localizar al autor intelectual de los ataques, Osama bin Laden, recordó el padre de Spann.

Spann murió días después, el 25 de noviembre de 2001, durante una insurrección de prisioneros en el cuartel en el que había estado interrogando a extremistas. El agente paramilitar de la CIA de 32 años y originario de Winfield, Alabama, fue el primero de los 2.448 miembros de las fuerzas armadas estadounidenses en morir en combate en Afganistán.



El padre de Spann dijo que quedó asqueado por las imágenes del lunes del caótico retiro estadounidense, en las que se ve a personas desesperadas por escapar del Talibán y aferrándose al fuselaje de un avión militar estadounidense que está por despegar.

“Me enferma ver eso. Es desconsolador. Es vergonzoso, creo. Pienso que es una vergüenza que hiciéramos esto”, declaró Johnny Spann.

Imagen de archivo. Cientos de personas esperan junto a un avión de transporte C-17 de la Fuerza Aérea de Estados Unidos en el perímetro del aeropuerto internacional de Kabul, Afganistán. Foto La Hora/AP/Shekib Rahmani.

Spann acababa de dejar a su nieta en Birmingham cuando tuvo que orillarse a un costado del camino para ver las imágenes en su celular después de escuchar su descripción. Las escenas de personas cayendo al vacío desde un avión le recordaron a aquellos estadounidenses que se arrojaron de las torres del World Trade Center, comentó.

Spann aseguró que no está en contra de que Estados Unidos salga de Afganistán, pero no está de acuerdo con el momento y la forma en que se hizo. Con el resurgimiento del Talibán, lo primero que piensa es en los afganos que ayudaron a su hijo y a otros estadounidenses.

“Van a morir. Los van a matar. ¿Y cómo podemos estar tranquilos con eso cuando sabemos que les hicimos promesas? No podemos saber a cuántas personas hubiéramos perdido de no ser por la ayuda de esa gente”, declaró.



Gran parte del trabajo que su hijo y otros hicieron ha sido deshecho, señaló, pero eso no le quita sentido a sus contribuciones.

“Nos ayudaron a mantener a Estados Unidos seguro, y eso es lo que estuvieron haciendo durante 20 años. Hicieron su trabajo. Hicieron lo que se suponía que debían hacer. Hicieron lo que les dijeron que hicieran. Pero no murieron en vano”, señaló.

Su hijo, dijo, fue a hallar a Bin Laden: “Él murió antes de que encontráramos a Osama bin Laden, pero creo que tal vez algunas de las cosas que hizo nos ayudaron a llegar a ese punto”.

Spann padre advirtió que no hay que pensar que la amenaza que enfrenta Estados Unidos ya se acabó con el retiro de Afganistán.

“Esta guerra no ha terminado. Simplemente cedimos territorio que habíamos ganado”, señaló.

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