El Talibán declaró hoy una «amnistía» en todo Afganistán e instó a las mujeres a unirse a su gobierno, tratando de calmar los nervios en la tensa capital, Kabul, que en la víspera vivió un caos en su aeropuerto mientras la gente trataba de escapar de su gobierno.
Las declaraciones de Enamullah Samangani, miembro de la comisión cultural de los talibanes, son las primeras sobre gobernanza a nivel federal tras su ofensiva relámpago sobre el país.
Aunque no hubo reportes destacados de abusos o combates en Kabul, muchos residentes se han quedado en sus casas y siguen atemorizados luego de que la toma de poder de los insurgentes vació cárceles y armerías. Las generaciones más mayores recuerdan las ultraconservadoras ideas islamistas — incluyendo lapidaciones, amputaciones y ejecuciones públicas — de su anterior mandato, antes de la invasión liderada por Estados Unidos después del 11-S.
«El Emirato Islámico no quiere que las mujeres sean víctimas», afirmó Samangani, utilizando la denominación insurgente para Afganistán. «Deben estar en la estructura del gobierno de acuerdo con la sharia».
«La estructura del gobierno no está todavía clara, pero en base a la experiencia, debería haber un liderazgo totalmente islámico y todas las partes deberían sumarse», agregó.
Samangani, que fue parco en otros detalles, dio a entender que la gente ya conoce las reglas de la ley islámica que los talibanes esperan que se siga.
«Nuestro pueblo es musulmán y no estamos aquí para forzarlo al islam», añadió.
Bajo el gobierno talibán, que se rige por una estricta interpretación de la ley islámica, las mujeres están confinadas en gran medida a sus casas. Los insurgentes han tratado de proyectar una mayor moderación en los últimos años, pero muchos afganos siguen siendo escépticos.
Por otra parte, Stefano Pontecorvo, alto representante de la OTAN en Afganistán publicó el martes un video en internet que mostraba una pista vacía con soldados estadounidenses en ella. Lo que parecía ser un avión militar de carga podía verse a lo lejos desde detrás de una cerca.
La pista «está abierta», escribió en Twitter. «Veo aviones aterrizando y despegando».
Durante la noche, los datos de rastreo de vuelos mostraron un avión Hercules KC-130J de los Marines de Estados Unidos en el aeropuerto y aterrizando más tarde en Qatar, donde está la base aérea Al-Udeid y el cuartel avanzado del Comando Central del ejército estadounidense. No se observaron más vuelos de inmediato en el espacio aéreo afgano, que ha sido tomado por el ejército estadounidense ante la paralización de los vuelos comerciales en el país.
El lunes, miles de afganos acudieron al principal aeropuerto de Kabul, y algunos estaban tan desesperados por escapar de los talibanes que se aferraron a un avión militar durante el despegue y fallecieron al precipitarse. Al menos siete personas perdieron la vida durante el caos, dijeron las autoridades estadounidenses.
Miles de personas resultaron heridas en los combates en Afganistán, explicó el Comité Internacional de la Cruz Roja. Las fuerzas de seguridad y los políticos entregaron sus provincias y bases sin oponer resistencia, probablemente creyendo que el experimento occidental de dos décadas para reconstruir la nación no sobreviviría al resurgimiento de los talibanes. Los últimos soldados estadounidenses tenían previsto retirarse a final de mes.
«El mundo está siguiendo los acontecimientos en Afganistán con el corazón apesadumbrado y una profunda inquietud por lo que está por venir», dijo el secretario general de Naciones Unidas, Antonio Guterres.
Un resuelto Joe Biden dijo el lunes en la noche que se reafirmaba «totalmente» en su decisión de sacar a los soldados de Estados Unidos del país y reconoció que las imágenes de lo que se vive en Kabul eran «desgarradoras». El presidente dijo que enfrentaba la elección entre cumplir el acuerdo de retirada negociado previamente o enviar miles de soldados más para iniciar una tercera década de guerra.
«Tras 20 años, he aprendido por las malas que nunca hay un buen momento para retirar a las tropas estadounidenses», dijo Biden en un discurso televisado desde la Casa Blanca.
El diálogo parecía continuar entre el Talibán y varios funcionarios del gobierno afgano, incluyendo el expresidente Hamid Karzai y Abdullah Abdullah, que en su día encabezó la delegación de Kabul en las negociaciones. El presidente Ashraf Ghani huyó del país durante el avance insurgente y se desconoce su paradero.