La policía tailandesa y manifestantes en contra del gobierno se enfrentaron por segundo día consecutivo en Bangkok ayer, en momentos en los que sigue la molestia por el manejo de la pandemia de coronavirus.
Los agentes policiales con equipo antidisturbios utilizaron un cañón de agua y gas lacrimógeno para hacer retroceder a unos 200 manifestantes mientras estos se acercaban a la Casa de Gobierno, donde el primer ministro Prayuth Chan-ocha tiene su oficina. Los organizadores suspendieron la protesta poco tiempo después.
Posteriormente, hubo más disturbios en la zona de Din Daeng de la ciudad, cuando un grupo de jóvenes manifestantes trató de avanzar hacia una base militar en la que se encuentra la residencia del primer ministro. En los últimos 10 días se han producido varios enfrentamientos en la zona urbana.
Los manifestantes están pidiendo la renuncia de Prayuth por la percepción de que ha hecho un desastre con el programa de vacunación contra COVID-19 del gobierno. Las infecciones han aumentado en las últimas semanas, mientras que las tasas de vacunación siguen en niveles bajos.
Las protestas también son parte de un impulso más amplio para un cambio político que incluye la renuncia del gobierno, una nueva constitución y, lo más polémico de todo, una reforma a la poderosa pero opaca monarquía.