El gobierno de Bolivia inició consultas internacionales para combinar vacunas contra COVID-19 ante la escasez de segundas dosis de la rusa Sputnik V —que afecta a la población más vulnerable, mayor de 60 años—pero esa opción ha sido desaconsejada por el Colegio Médico ante la falta de estudios científicos, se informó ayer.
Además de consultar a expertos, autoridades del Ministerio de Salud están en reuniones con el Instituto Científico de España, donde se ha tenido escasez de AstraZeneca y se han optado por hacer combinaciones con Pfizer. Esas experiencias nos ayudarán a tomar la mejor decisión, dijo la viceministra de Seguros de Salud, Alejandra Hidalgo, en rueda de prensa.
A principios de julio, también por carencia de las aplicaciones faltantes del fármaco ruso, las autoridades argentinas anunciaron que estudiarán la viabilidad de la combinación de distintas dosis de vacunas para completar los esquemas de inmunización.
Transcurridos 90 días de espera que solicitó el gobierno de Bolivia, más de 200.000 personas de la tercera edad y con enfermedades de base aún no reciben la segunda dosis de Sputnik V por incumplimiento del proveedor ruso. Varias ciudades registran protestas callejeras de adultos mayores en centros de vacunación. La vacuna rusa fue la primera en llegar al país.
Inicialmente el viceministro de Gestión del Sistema sanitario, Álvaro Terrazas, había desaconsejado combinar vacunas, pero ante la demora el gobierno inició consultas. «No se puede colocar otra vacuna para sustituir la segunda dosis de Sputnik. No hay estudios médicos que respalden. El Colegio Médico de Bolivia no lo aconseja y la única salida es hacer exámenes de anticuerpos en cada persona antes de recomendar otra vacuna», dijo por su parte el presidente de los galenos Luis Larrea.
El presidente Luis Arce firmó un contrato a finales de diciembre de 2020 con Rusia para la compra de 5,2 millones de Sputnik V de las que sólo llegaron 1.2 millones, la gran mayoría de primera dosis. El incumplimiento de los proveedores provoca un quebradero de cabeza para el gobierno, que debió comprar la vacuna china Sinopharm. Además, el país recibió donaciones a través del mecanismo COVAX —impulsado por la Organización Mundial de la Salud y otros organismos internacionales para garantizar un acceso equitativo a la vacuna— de Jannsen, AstraZeneca y Pfizer.
La vacuna Sputnik V se distribuye en diez países latinoamericanos, entre ellos, Argentina, Bolivia, México, Nicaragua, Paraguay y Venezuela.
En las últimas semanas, México ha aplicado la primera dosis de este fármaco a parte de su población de 30 a 39 años y 18 a 29 años.
En Bolivia, hasta el jueves el 21% recibió dos dosis y el 40% la primera de un universo de 7.1 millones de personas. La pandemia está en descenso con menos de mil nuevos casos por día y un acumulado de 470.929 contagios y 17.754 decesos, según la Universidad Johns Hopkins. No se ha confirmado la presencia de la variante Delta, pero las autoridades anticiparon de un nuevo rebrote a finales de agosto.
Las actividades laborales, comerciales y de ocio son casi normales por presión de los sectores informales que dominan el 70% de la economía. Eso sí, es obligatorio el uso de mascarillas.