Más de medio siglo después de su modernización, las leyes contra el odio racial en Estados Unidos son incongruentes y proporcionan métodos insuficientes para enfrentar la violencia motivada por los prejuicios, de acuerdo con un nuevo informe de activistas a favor de mayor protección.
El informe, dado a conocer a The Associated Press antes de su difusión pública, contiene un panorama exhaustivo de las leyes contra los delitos de odio que revela lagunas y variación entre las normas.
Debido a la complejidad del fenómeno, ciertas leyes que pretenden proteger a las minorías raciales y grupos marginales son poco eficaces debido a la tendenciosidad en el sistema de justicia penal, dice el informe.
Las leyes vigentes incluso pueden desalentar a las víctimas de denunciar los delitos de odio racial, dice el informe, que menciona además las deficiencias generalizadas en la recolección y el reporte de datos.
«Creemos que éste es el primer informe que reúne un análisis estado por estado y en tantas dimensiones… enfocado en la justicia racial y la reforma de la justicia penal», dijo Naomi Goldberg, directora del programa LGBTQ del Proyecto Movimiento Avanzado, que produjo el informe en sociedad con más de 15 grupos promotores de los derechos civiles.
El informe incluye un prólogo de Judy Shepard, presidenta de la Fundación Matthew Shepard, que lleva el nombre de su hijo, cuyo asesinato en 1998 dio lugar a la protección de los LGBTQ en las leyes federales.
«Aunque sabemos que las leyes sobre los delitos de odio racial son importantes y han obligado a sus violadores a rendir cuentas, también sabemos que pueden y deben tener mayor impacto», escribió Shepard.
El informe aparece después de más de un año de COVID-19 durante el cual se ha multiplicado la violencia contra los asiático-estadounidenses y los inmigrantes asiáticos. Además, se acerca el 20mo aniversario de los ataques del 11 de septiembre y han aumentado los ataques contra musulmanes y sijs.
La mayoría de los delitos de odio racial son cometidos por personas blancas, de acuerdo con los daros disponibles. La mayoría de estos delitos son motivados por el prejuicio racial o étnico, pero los datos también revelan que los delitos de odio reportados por las policías estatales al FBI mencionan en forma desproporcionada a los estadounidenses negros como los autores.
Según el informe, en al menos 13 estados, los delitos de odio registrados por la policía los atribuyen a perpetradores negros a una tasa 1.6 a 3.6 veces más grande que la población negra del estado.
«Estas disparidades reiteradas… demuestran que –a pesar de que la gente de color son las víctimas más probables de la violencia– los casos de violencia documentados por la policía… son en forma desproporcionada los atribuidos a personas negras», dice el informe.