Estados Unidos anunció este lunes que por ahora mantendrá las restricciones a los viajeros internacionales por el COVID-19 debido a las preocupaciones en torno a la creciente tasa de contagios a consecuencia de la variante delta.
Fue el indicio más reciente de que la Casa Blanca está teniendo que reconsiderar su estrategia con respecto a la pandemia de coronavirus mientras esta variante mucho más contagiosa se extiende por Estados Unidos y debido a que una parte sustancial de la población se resiste a ser inoculada.
También un paso atrás con relación al sentimiento que el presidente Joe Biden expresó este mes, cuando dijo que su gobierno estaba «en el proceso» de sopesar qué tan pronto podría Estados Unidos levantar la prohibición a la llegada de viajeros desde Europa después de que la canciller alemana Angela Merkel le planteó el asunto durante su visita a Washington.
La secretaria de prensa de la Casa Blanca, Jen Psaki, dijo que las restricciones continuarán por ahora.
«Impulsados por la variante delta, los casos están incrementándose aquí en el país, en especial entre los que no están vacunados, y parece probable que continuarán así en las próximas semanas», señaló.
El aumento en los contagios también está haciendo que el gobierno examine con más cuidado las políticas en torno al uso de mascarillas.
El Departamento de Asuntos de Veteranos se convirtió el lunes en la primera agencia federal de gran tamaño en requerir que sus trabajadores de salud se vacunen contra el COVID-19. Y el fin de semana, funcionarios federales de salud reconocieron que están analizando modificar las recomendaciones del gobierno federal con respecto a las mascarillas.
La variante delta es un coronavirus que ha mutado y se contagia con mayor facilidad que otras versiones. Fue detectada por primera vez en la India, pero ahora ya ha sido identificada en todo el mundo. La semana pasada, funcionarios de salud estadounidenses dijeron que el 83% de los casos de COVID-19 en Estados Unidos son causados por esta variante, e hicieron notar que hubo un incremento de 32% en las hospitalizaciones por esta enfermedad en comparación con la semana previa.
Dado el aumento de los casos, algunos estados y funcionarios locales han vuelto a instaurar la necesidad de portar mascarillas, incluso para las personas ya vacunadas.