Como muchos otros habitantes de su pueblo en Alemania, Wolfgang Huste sabía que habría una inundación. Lo que nadie le advirtió es que sería tan grave.
El vendedor de libros antiguos de 66 años de edad, habitante de Ahrweiler, dijo que la primera advertencia seria para desalojar o moverse a pisos más elevados de inmuebles cerca del río Ahr fue a través de anuncios por altavoz alrededor de las 8 de la noche del 14 de julio. Huste entonces escuchó una breve sirena de emergencia y el repicar de campanas de la iglesia, seguido por el silencio.
«Fue espeluznante, como en una película de horror», comentó.
Huste corrió para rescatar su vehículo de un estacionamiento subterráneo. Para cuando se estacionó en la calle, el agua llegaba a sus rodillas. Cinco minutos después, protegido al interior, vio su vehículo flotar en la calle. Después se enteraría que también perdió libros que databan desde principios del siglo XVI y calcula que sus pérdidas totales superan los 200.000 euros (235.000 dólares).
«El tiempo de advertencia fue demasiado corto», dijo Huste.
Con el total de muertes confirmadas por las inundaciones de la semana pasada en Alemania y los países circundantes por arriba de 210 el viernes y la estimación de pérdidas económicas alrededor de los miles de millones de dólares, otras personas en Alemania se han preguntado porqué no funcionaron los sistemas de emergencia diseñados para alertar a las personas del inminente desastre.
Las sirenas en algunos pueblos fallaron cuando se cortó la electricidad. En otras ubicaciones, ni siquiera había sirenas; bomberos voluntarios tuvieron que tocar en las casas de las personas para indicarles qué hacer.
Huste reconoció que pocos pudieron pronosticar la velocidad con que subiría el agua. Pero señaló del otro lado del valle hacia un edificio que alberga la Oficina Federal de Protección Civil de Alemania, en donde los rescatistas de todo el país se capacitan para posibles desastres.
«En la práctica, justo como pasó, no funcionó, digamos, tan bien como debería», comentó. «Lo que el estado debió hacer, no hizo. Por lo menos no hasta mucho tiempo después».