La mitad de los argentinos recibieron al menos una dosis de vacunas contra el coronavirus, confirmaron ayer las autoridades gubernamentales que al mismo tiempo hicieron público su malestar con Rusia por la demora en la llegada del segundo componente de Sputnik V.
El Ministerio de Salud reportó que el 50,4% de los 45 millones de habitantes recibieron una dosis de las vacunas desde que en diciembre empezó la campaña de vacunación. El país sudamericano aplica Sputnik V, Sinopharm, AstraZeneca y Covishield. Sin embargo, apenas 5,7 millones tienen el esquema completo. Esta disparidad en el ritmo de la vacunación está ligada con la demora en la entrega de la segunda dosis de Sputnik V, que tiene un principio activo diferente al primer componente.
Cecilia Nicolini, la asesora del presidente Alberto Fernández designada para negociar con los laboratorios que proveen las vacunas contra el COVID, admitió el envió una carta de protesta al Fondo Ruso de Inversión Directa (RDIF por sus siglas en ingles) que financia la producción del inoculante desarrollado por el Centro Nacional Gamaleya.
«Nosotros respondimos siempre haciendo todo lo posible para que Sputnik V sea el mayor éxito, pero ustedes nos están dejando con muy pocas opciones para continuar peleando por ustedes y por este proyecto», dice el texto de la nota que difundió el diario La Nación y cuya veracidad fue confirmada por la funcionaria.
Argentina fue el primer país de Latinoamérica en adquirir la Sputnik V. Firmó un contrato por 30 millones de dosis, de las cuales llegaron solamente 10 millones, la mayoría del primer componente. Hay más de seis millones de argentinos que esperan por la segunda dosis.
«Obviamente los reclamos siguen porque tenemos contratos firmados y queremos que lleguen las vacunas para inocular a la gente, entendemos que muchas personas están esperando segundo componente de Sputnik V y es nuestra responsabilidad como funcionarios que estas vacunas puedan llegar lo antes posible a la Argentina», declaró Nicolini el jueves en entrevistas con distintos medios locales.
Nicolini atribuyó la tardanza en la entrega a las dificultades de Rusia de aumentar la escala producción de la vacuna ante una demanda cada vez mayor. Además, este país había firmado un acuerdo de cooperación con el instituto Serum de India, el mayor productor mundial de vacunas, que no se cumplió porque se enfocó en su mercado interno ante la escalada de casos.
El faltante de la Sputnik V plantea un complejo desafío para el gobierno, puesto que entre los argentinos que esperan por la segunda dosis, la mayoría son mayores de 60 años, el grupo etario de más riesgo.
En busca de bajarle el tono a la nota que lleva su firma, Nicolini dijo que «todos los contratos están demorados» y señaló como ejemplo el caso de AstraZeneca. Argentina adquirió 22,4 millones de dosis que el laboratorio británico se comprometió a entregar en el primer semestre de este año, pero llegaron ocho millones y hubo que definir un nuevo cronograma de envíos.
El gobierno de Fernández confía que la producción local de Sputnik V ayude a regularizar la situación en las próximas semanas. Al mismo tiempo sigue avanzando en la negociación con Pfizer.
«Va a haber un salto cualitativo, ya se hizo más de un millón de dosis del componente dos (de Sputnik V), está llegando más principio activo. Ahora van a bajar en cascada», adelantó Nicolini.