La canciller de Alemania defendió hoy su decisión de poner fin el año próximo al uso de energía nuclear en el país, pero reconoció que eso hará más difícil reducir las emisiones de gases de invernadero a corto plazo.
La decisión, tomada a raíz del desastre nuclear de Fukushima hace 10 años, es considerada uno de los momentos cruciales de los 16 años de Angela Merkel en el cargo. Los críticos dicen que aumenta grandemente la carga para Alemania en momentos en que trata de reducir sus emisiones de carbón a cero para 2045.
“Hay otros países que escogieron una opción diferente y al hacerlo será más fácil para ellos, de cierta manera, conseguir la neutralidad de carbono”, dijo Merkel a reporteros. “Sigo pensando que, a largo plazo, la energía nuclear no es una forma sostenible de producción de energía”.
La eliminación gradual de la energía nuclear para el final de 2022 hará a Alemania más dependiente del carbón en los próximos años en comparación con Francia o Gran Bretaña, pero el gobierno alemán se ha comprometido a poner fin al uso del carbón para 2038, un objetivo que Merkel dice puede ser conseguido expandiendo significativamente el uso de energía renovable y dependiendo del gas natural, menos contaminador, como fuente temporal.
Rechazó la idea de que un gobierno futuro pudiera revertir la decisión nuclear, diciendo que “para Alemania, la suerte está echada” y llamó a mayores esfuerzos para expandir la producción de hidrógeno, un combustible sin emisiones de carbono que los expertos dicen será necesario para la industria en el país.