Las bajas tasas de vacunación entre el personal de asilos de ancianos están siendo vinculadas al aumento nacional de infecciones y muertes por COVID-19 en esas instalaciones, y son parte central de una investigación federal en torno a una golpeada casa de atención geriátrica de Colorado en donde se descubrió que muchos de los trabajadores no estaban inoculados.
La pesquisa de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC por sus iniciales en inglés) a instalaciones en Grand Junction, Colorado, ha generado preocupación entre los médicos de salud pública de que el éxito en la protección de ancianos vulnerables mediante vacunas pudiera estar en riesgo en un momento en que la altamente infecciosa variante delta se propaga por todo el país.
A nivel nacional, aproximadamente el 59% del personal de los hogares de ancianos ha sido vacunado, una cifra relativamente similar al porcentaje general de adultos completamente inoculados, pero significativamente inferior que el aproximadamente 80% de los residentes que están vacunados, según el Medicare, el programa gubernamental estadounidense de asistencia médica para los ancianos. Y algunos estados tienen tasas de inoculación mucho más bajas, de alrededor del 40%.
Algunos expertos en políticas de salud están exhortando a los gobiernos a cerrar la brecha, exigiendo que todo el personal de las casas de adultos mayores sea vacunado, una orden que el gobierno del presidente Joe Biden se ha mostrado reacio a emitir. Los operadores de casas de ancianos temen que una medida de este tipo pudiera resultar contraproducente, al provocar que muchos miembros del personal que no quieren vacunarse simplemente renuncien a su trabajo.
Se ha comprobado que la gran mayoría de las personas completamente vacunadas que se infectan con la variante delta sólo sufren síntomas leves.
Sin embargo, «los adultos mayores podrían no responder completamente a la vacuna, y existe un riesgo enorme de que alguien ingrese portando el virus», dijo el doctor Joshua Sharfstein, vicedecano de práctica de salud pública de la Facultad Bloomberg de Salud Pública de la Universidad Johns Hopkins.
«La vacunación de los trabajadores en los hogares de ancianos es una emergencia nacional porque la variante delta es una amenaza incluso para los que ya están vacunados», afirmó.
Los CDC efectuaron su investigación de brotes de la variante delta en instalaciones de atención geriátrica en el condado Mesa, Colorado, durante los meses de mayo y junio. En el área ha habido muchos contagios de coronavirus. La agencia señaló que está colaborando con estados y condados de todo el país como parte de los «equipos para brotes» de COVID-19 creados por la Casa Blanca.