Un empleado (Der.) comprueba el código QR de vacunación de una clienta a la entrada de un restaurante en Moscú, Rusia. Foto La Hora/AP/Pavel Golovkin.

Los países europeos se apuran para intensificar sus campañas de vacunación contra el COVID-19 adoptando el enfoque del palo y la zanahoria para convencer a los reticentes, mientras la variante delta, más transmisible, impulsa el aumento de los contagios de coronavirus.

Grecia fue el último en promulgar nuevas restricciones el viernes. A partir de ahora exigirá una prueba de vacunación o de haber superado el COVID-19 recientemente para entrar a restaurantes, cafés, bares y cines cubiertos. Los niños podrán acceder presentando un test negativo.

La medida, que forma parte de un paquete de incentivos gubernamental, tuvo poco efecto de inmediato ya que prácticamente toda la vida social transcurre al aire libre durante el cálido y seco verano griego. Las terrazas de cafés y restaurantes, así como los cines al aire libre, siguen siendo accesibles para todos.

«Por el momento estamos en pleno verano, la gente prefiere estar al aire libre, bajo los árboles. La gente no quiere sentarse en el interior», dijo Sprios Bairaktaris, propietario de una popular taberna griega en el distrito turístico de Atenas que tiene tanto zona interior como exterior.

Sin embargo, él cumple la medida del gobierno y solo permite que se sienten dentro los clientes con pasaporte COVID-19.

«Cumplimos todas las medidas con total seguridad. Lo que sea que aconsejen los médicos o los científicos», agregó.

A las discotecas o lugares con música el aire libre solo podrán ingresar las personas que hayan completado la pauta de vacunación o que hayan pasado recientemente la enfermedad. Además, su aforo quedó limitado al 85% y los clientes deben estar sentados.

Pero justo cuando esta medida entró en vigor en Grecia, en la capital rusa se anuló una similar introducida el mes pasado.

El alcalde de Moscú, Sergei Sobyanin, anunció que la exigencia de pedir a los clientes de los restaurantes una prueba de vacunación o un test negativo terminará el lunes ante la desaceleración de los contagios. Las restricciones afectaron a los propietarios de este tipo de negocios, que aún se recuperaban del impacto de la pandemia, obligando a muchos a cerrar.

Algunas naciones europeas han decretado además que la vacunación sea obligatoria en determinadas profesiones. Italia lo hizo en abril para trabajadores de la salud y farmacéuticos. Francia y Grecia anunciaron esta semana que los sanitarios y el personal de residencias de ancianos tendrán que inmunizarse, y Francia amplió el requisito a quienes cuidan de una persona mayor o enferma en casa.

Francia anunció además pases COVID-19 obligatorios para entrar en restaurantes, bares, centros comerciales y en muchos lugares turísticos, además de en trenes y aviones, a partir del 21 de julio. Estas credenciales estarán disponibles para cualquier persona totalmente inmunizada, que lo superase recientemente o haya dado negativo en una prueba de detección del virus.

Estas normas provocaron descontento y miles protestaron el miércoles en ciudades griegas y francesas. En Francia hay más movilizaciones previstas para el sábado.

Pero los incentivos parecen funcionar para algunos.

«El martes nos dimos cuenta de que todo estaría cerrado para nosotros si no nos vacunábamos, así que empezamos a buscar una cita», dijo Chloe Dril, una parisina de 15 años que esperaba con su madre a recibir la primera dosis. «Nos dimos cuenta de que para los boletos de tren era mucho más complicado si no estábamos vacunados, si queremos ir al extranjero será más complicado, así que realmente hizo vacunarnos».

Algunos empresarios están incómodos por tener que aplicar estas normas.

«Es una lástima que hayamos llegado al punto en que tenemos que crear estos incentivos para que la gente se vacune», dijo Clément Léon, propietario del bar Le Picoti en la capital francesa. «Por otra parte, obligar a los dueños de bares a hacer el papel de la policía fronteriza pidiendo los papeles a los clientes es también un problema. Desde un punto de vista legal, me molesta».

Grecia ha registrado un aumento de los contagios impulsado por la variante delta, aunque la tasa de nuevas hospitalizaciones ha sido más lenta. Las vacunas están disponibles para los mayores de 18 años desde hace semanas, y para los mayores de 15 desde esta. Entre los incentivos, a los menores de 26 años se les entregan 150 euros (180 dólares) para gastar en entretenimiento o viajes.

Chipre también sufre un alarmante incremento de las infecciones, lo que llevó al gobierno a anunciar nuevas restricciones el viernes. las medidas incluyen presentar el pasaporte COVID-19 para acceder a transporte público, bancos, servicios estatales, negocios y para visitar hogares de mayores. Las discotecas solo estarán abiertas para los vacunados y los recién recuperados.

Gran Bretaña también exigirá la vacuna a trabajadores de residencias de ancianos este otoño, y el gobierno ha estado considerando ampliar el requisito a todos los trabajadores del Servicio Nacional de Salud. El parlamento aprobó la medida a pesar de la fuerte oposición de algunos legisladores y la advertencia de los centros de que esto podría agravar su problema de falta de personal.

«Habría esperado esto en un país comunista», comentó el diputado conservador William Wragg.

Inglaterra tiene previsto levantar todas las restricciones contra el coronavirus el lunes. El gobierno conservador señaló que espera que los bares y clubes de ocio nocturno comprueben el estatus de sus clientes, pero no será un requisito legal. Muchos ya han dicho que no lo harán.

El director ejecutivo de Music Venue Trust, Mark Davyd, afirmó que los pasaportes de vacunación son «un completo fracaso en este momento».

«Muy muy pocos locales van a hacer esto», apuntó señalando que en internet ya hay documentos falsos para los entusiastas de la fiesta.

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