Algunos activistas del movimiento Black Lives Matter aseguran que se está aplicando un doble rasero en el caso de los manifestantes que han bloqueado avenidas muy transitadas de Florida esta semana para expresar su apoyo a los cubanos que exigen un cambio de régimen en la isla, ya que la policía ha intervenido en forma muy limitada a pesar de una nueva ley que endureció las sanciones contra quienes alteren el orden.
El gobernador Ron DeSantis promulgó a principios de año una ley que aumenta los castigos a manifestantes que emprendan actos violentos y creó nuevas sanciones penales a quienes organicen manifestaciones que se salgan de control. La ley también tipifica como delito grave la obstrucción de algunos caminos y concede inmunidad a los conductores que pasen con sus vehículos entre manifestantes que bloqueen una arteria.
El proyecto de ley fue presentado después de las protestas del verano pasado a favor de la justicia racial en las que la policía enfrentó con arrestos y gas lacrimógeno a algunos manifestantes de Black Lives Matter que habían protestado durante varios días en las calles.
«Cuando las protestas son favor de un cambio de régimen, lo cual se alinea con el punto de vista político del gobernador… no se ve a la policía haciendo cumplir la ley», dijo Michael Sampson, cofundador del Comité de Acción de la Comunidad de Jacksonville, uno de varios grupos que surgieron bajo la bandera del movimiento Black Lives Matter. «Esto me parece una total hipocresía que estamos viendo del gobernador e incluso de la policía por la manera como están aplicando esa ley. Esto muestra nuestros temores de antes… de que la ley será utilizada contra las personas negras que luchan por la igualdad de derechos».
El miércoles, la ACLU de Florida presentó una moción ante una corte federal en Tallahassee para exigir que se bloquee la ley de inmediato con el argumento de que podría criminalizar las protestas pacíficas y protegería de sanciones civiles a quienes lesionen a manifestantes en carreteras, además de disuadir las protestas pacíficas. La ACLU había presentado en mayo una demanda a nombre de diversas organizaciones que luchan por los derechos de las personas negras para exigir la revocación de la nueva ley con el argumento de que viola la Primera Enmienda y afecta específicamente a ciertos grupos que pugnan por la justicia racial.
Durante una visita el martes a Miami, DeSantis dijo que las manifestaciones en el sur de Florida fueron «fundamentalmente distintas a las que vimos el verano pasado».
En su página personal de Twitter, la portavoz del gobernador, Christina Pushaw, criticó lo que describió como «la Izquierda y la prensa corporativa alineada», quienes –afirmó– «adoran el autoritarismo».
«Por ende, están furiosas de que el gobernador de Florida no condujera personalmente 500 millas por el estado para arrestar a personas que protestaban (sin disturbios) contra el régimen comunista en Cuba», tuiteó.