Naciones Unidas urgió ayer a la sociedad colombiana a considerar el acuerdo de paz de 2016 entre el gobierno de ese país y la extinta guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) como una «oportunidad» para ayudar a resolver problemas latentes que desembocaron recientemente en una fuerte convulsión social y protestas.
Carlos Ruiz, enviado de Naciones Unidas para Colombia, dijo durante una reunión del Consejo de Seguridad de la ONU que las protestas que han sacudido el país y resultaron en episodios de violencia demuestran que estos son «duros» tiempos para los colombianos.
«Con un nuevo ciclo electoral que se acerca rápidamente, invito a las partes y a todos los actores relevantes a mantenerse comprometidos con el Acuerdo y a continuar priorizando el diálogo para resolver sus diferencias,» dijo Ruiz. «Es precisamente con ese objetivo que el proceso de paz permitió espacios democráticos más amplios y garantías de participación».
Desde finales de abril y durante varias semanas, miles de colombianos participaron en protestas en todo el territorio, expresando malestar ante el gobierno del presidente Iván Duque, al que acusaron de ignorar sus necesidades y estar fuera de la realidad al proponer aumentos fiscales durante la pandemia del coronavirus.
Las protestas en Colombia derivaron en episodios violentos en los que han muerto al menos 40 personas y más de 2.500 resultaron heridas. Hubo denuncias de excesos de la fuerza pública y la Comisión Interamericana de Derechos Humanos informó que halló «graves violaciones a los derechos humanos».
En mayo de 2022 se espera que el país celebre elecciones presidenciales.
El acuerdo entre las FARC y el gobierno del entonces mandatario Juan Manuel Santos en 2016 puso fin a más de medio siglo de conflicto armado. El Consejo de Seguridad revisa trimestralmente la situación del proceso de paz en el país latinoamericano.
La vicepresidenta y canciller colombiana Marta Lucía Ramírez dijo el martes en la reunión en la sede de la ONU que las protestas recientes no han obedecido al incumplimiento de su gobierno en materia del acuerdo de paz.
«Son protestas que de seguro varios países han sufrido como consecuencia del dolor que vive la humanidad entera por cuenta de una pandemia que se ha llevado millones de personas y ha empobrecido a millones de seres en todo el planeta,» dijo la canciller «Esa es la razón principal de la gran insatisfacción que hay en Colombia».
Ramírez también dijo que no debería haber habido ni un solo fallecido en las protestas, «pero estos muertos se dieron porque en un contexto de protestas válidas, legítimas, que nuestro gobierno apoya y que protege, desafortunadamente hubo minorías que se infiltraron en estas protestas desarrollando vandalismo, destrucción y llegando armados a las protestas, dando muerte a muchos de los ciudadanos que estaban allí,» indicó.
Por otro lado, varios países que hablaron en la reunión expresaron preocupación por la violencia que se vive en Colombia y los homicidios contra excombatientes de las FARC, líderes sociales y defensores de los derechos humanos.
Ruiz, el enviado de la ONU para Colombia, dijo que la actual violencia contra excombatientes de las FARC y miembros del partido comunista es especialmente «preocupante» de cara a las elecciones de 2022 y que existe la «necesidad urgente» de implementar medidas de protección para ellos y desmantelar grupos armados ilegales.
El último informe sobre Colombia elaborado por el Secretario General de la ONU, António Guterres, indica que la cifra total de excombatientes de las FARC asesinados desde la firma del acuerdo de paz es de 278. El reporte también dice que este año se han registrado al menos 71 asesinatos de líderes sociales y defensores de derechos humanos.
La canciller Ramírez dijo respecto al tema que la causa fundamental de esos asesinatos es el narcotráfico y que las antiguas FARC deberían avanzar «con mayor celeridad y profundidad en compromisos reales, contundentes» para acabar con éste en Colombia.
«Colombia reitera por eso el llamado a la corresponsabilidad compartida en lucha contra el narcotráfico y al logro de una mayor eficacia para perseguir el procesamiento de drogas. Desafortunadamente, hoy por hoy sale la droga de nuestro país y se está procesando en laboratorios de distintos países, inclusive en algunas de las economías desarrolladas,» dijo, sin especificar qué países.
El embajador Jeffrey DeLaurentis, asesor de asuntos políticos especiales de la misión de Estados Unidos ante la ONU, dijo en la reunión que su país está preocupado por el aumento del cultivo de coca y producción en Colombia.
DeLaurentis dijo que la forma de resolver ese problema es combinar los esfuerzos de las fuerzas públicas con un programa de desarrollo rural y programas de estímulo de actividad económica.
«Reconocemos que los esfuerzos que Colombia hizo el año pasado fueron perjudicados considerablemente por la pandemia del COVID-19 y tenemos la esperanza de que el trabajo del gobierno para asistir a granjeros rurales se intensificará en el 2021», dijo el embajador.