La detención de un empresario haitiano que vive en Florida y que, según las autoridades, fue uno de los actores principales en el asesinato del presidente de Haití, Jovenel Moïse, profundizó el lunes el misterio en una trama que ya estaba enrevesada en torno al magnicidio.
Las autoridades haitianas identificaron al sospechoso como Christian Emmanuel Sanon, de 62 años, quien alguna vez expresó el deseo de dirigir a su país en un video publicado en YouTube. Sin embargo, es desconocido en los círculos políticos de la nación, y sus allegados insinuaron que fue engañado por los verdaderos responsables del asesinato del presidente Moïse, perpetrado la semana pasada en un ataque que dejó herida a su esposa, Martine, quien sigue hospitalizada en Miami.
Un amigo de Sanon en Florida comentó a The Associated Press que el detenido es un pastor cristiano evangélico y médico con licencia en Haití, pero no en Estados Unidos. El allegado, quien habló bajo condición de anonimato por cuestiones de seguridad, dijo que Sanon le comentó que había sido contactado por unas personas que afirmaron representar a los departamentos de Estado y Justicia de Estados Unidos que querían instalarlo como presidente de la nación caribeña.
Dijo que el plan era que Moïse fuera arrestado, no asesinado, y que Sanon no habría participado si hubiera sabido que el mandatario perdería la vida.
«Les garantizo eso», puntualizó el allegado. «Se suponía que esta era una misión para salvar a Haití del infierno, con el apoyo del gobierno estadounidense».
Por su parte, el reverendo Larry Caldwell, un pastor de Florida que dijo que trabajó con Sanon en la creación de iglesias y clínicas médicas en Haití del 2000 al 2010, repitió esos sentimientos. Él tampoco cree que Sanon haya estado involucrado en violencia.
«Conozco el carácter del hombre», dijo Caldwell. «¿Tomas a un hombre así y luego dices que participó en un brutal crimen de asesinato, sabiendo que ser asociado con eso lo enviaría a las fosas del infierno?… Si hubiera un hombre que estuviera dispuesto a interponerse para ayudar a su país, sería Christian».
El jefe de la Policía Nacional de Haití, Léon Charles, dijo que los asesinos de Moïse protegían a Sanon, a quien acusó de trabajar con aquellos que planearon el asesinato.
Charles dijo que las autoridades encontraron una gorra con el logotipo de la Administración de Control de Drogas de Estados Unidos (DEA por sus siglas en inglés), 20 cajas de balas, partes de armas, cuatro placas vehiculares de República Dominicana, dos automóviles y correspondencia, entre otras cosas, en la vivienda de Sanon en Haití.
Veintiséis exsoldados de Colombia son sospechosos del asesinato y 23 han sido detenidos, junto con tres haitianos. Charles dijo que cinco sospechosos siguen prófugos y que por lo menos tres fueron asesinados.
«Son individuos peligrosos», señaló Charles. «Estoy hablando de comandos, de comandos especializados».
Mientras tanto, el jefe de la policía nacional de Colombia, el general Jorge Luis Vargas, dijo que la empresa CTU Security, con sede en Florida, utilizó una tarjeta de crédito corporativa para comprar 19 boletos de avión de Bogotá a Santo Domingo para los sospechosos colombianos. La mayoría llegaron a República Dominicana en junio y se trasladaron a Haití en unas cuantas semanas, comentó Vargas.
Dijo que Dimitri Hérard, jefe de seguridad general del Palacio Nacional de Haití, viajó a Colombia, Ecuador y Panamá en los meses previos al asesinato, y que la policía colombiana está investigando si tuvo alguna participación en el reclutamiento de los mercenarios. En Haití, los fiscales buscan interrogar a Hérard sobre el asesinato.
Charles dijo que Sanon estaba en contacto con CTU Security y que la compañía reclutó a los sospechosos del asesinato. Añadió que Sanon viajó a Haití en junio en un jet privado y que estuvo acompañado por varios de los presuntos agresores.
La misión original de los sospechosos era proteger a Sanon, pero posteriormente recibieron una nueva orden: Arrestar al presidente, dijo Charles.
«El operativo comenzó a partir de ahí», comentó, y añadió que otros 22 sospechosos se unieron al grupo.
Charles dijo que, tras el asesinato de Moïse, uno de los sospechosos telefoneó a Sanon, quien se puso en contacto con dos personas que se cree que son los autores intelectuales del complot. No los identificó ni dijo si la policía sabe quiénes son.