LA HABANA / AP
Autoridades cubanas confirmaron el martes la muerte de una persona durante la víspera, en medio de incidentes y manifestaciones que se desarrollaron desde el pasado fin de semana y sacudieron a la isla.
Mientras, el gobierno desconoció el carácter de protesta de las acciones callejeras, y en su lugar las describió como disturbios estimulados por campañas mediáticas y tecnológicas en redes sociales por parte de grupos anticastristas y acusó al gobierno de Estados Unidos.
Las manifestaciones se desarrollaron en la isla desde el domingo pasado, cuando personas se lanzaron a las calles en protesta contra el desabastecimiento, los cortes de luz, carencias económicas o por un cambio de gobierno.
En tanto, La Habana seguía el martes con puntos fuertemente controlados por la policía como el Malecón y el Capitolio, mientras que los servicios de internet y de datos celulares seguían sin funcionar, constató The Associated Press.
Una nota del Ministerio del Interior indicó que el deceso de una persona ocurrió en un enfrentamiento entre uniformados y grupos que intentaban llegar a una unidad de policía en Arroyo Naranjo, un municipio cercano a la capital.
“Los manifestantes, a su paso, fueron interceptados por fuerzas del Ministerio del Interior y la población, en su intento por evadir la actuación, vandalizaron viviendas, incendiaron contenedores y afectaron el tendido eléctrico; al propio tiempo que agredieron con armas blancas, piedras y objetos contundentes a los agentes y civiles en el lugar”, expresó el comunicado que identificó al fallecido como Diubis Laurencio Tejeda, de 36 años.
Según la propia institución, hubo varios detenidos y algunos lesionados –no se especificó la cantidad–, incluyendo miembros de la fuerza del orden. Tejeda residía en la localidad y contaba con antecedentes judiciales de desacato, hurto y alteración del orden.
Paralelamente, el canciller Bruno Rodríguez denunció el martes una campaña orquestada desde redes sociales por especialistas y con alta tecnología. Según sus expertos, varias etiquetas como SOSCuba y otras similares fueron reproducidas de manera automatizada con mensajes alarmistas e incitadores.
Por ejemplo, una cuenta de Twitter detectada por los expertos cubanos envió alrededor de 1.000 mensajes, alrededor de cinco por segundo, algo imposible para un usuario humano.
“El 11 de julio hubo disturbios, hubo desordenes en una escala muy limitada aprovechando de manera oportunista las condiciones difíciles en las que estamos viviendo hoy los cubanos”, dijo Rodríguez. “El 11 de julio no hubo en Cuba un estallido social, no lo hubo por la voluntad de nuestro pueblo y por el apoyo de nuestro pueblo a la revolución y a su gobierno.
Para el canciller se trató de una “operación política” que no dio resultado.
Por su parte, el expresidente y líder cubano Raúl Castro participó en una reunión del máximo órgano del Partido Comunista de Cuba para analizar la situación del país luego de las manifestaciones.
Castro -quien rara vez aparece en público- acudió a la cita del Buró Político del Partido Comunista de Cuba (PCC) que estuvo presidida por el mandatario y primer secretario del organismo, Miguel Díaz Canel, informó la página oficial Cubadebate.
Se analizaron “las provocaciones orquestadas por elementos contrarrevolucionarios, organizados y financiados desde Estados Unidos con propósitos desestabilizadores”, expresó el portal. No se proporcionaron más detalles de la reunión del lunes.
El general de Ejército no tiene cargos gubernamentales y desde abril dejó de ser el primer secretario del gobernante PCC, pero es considerada la máxima figura de la generación histórica que llevó a cabo la revolución y mantiene un enorme peso político en la isla.
El domingo ya se habían producido además hechos de vandalismo, destrucción de tiendas, ataques a patrullas policiales y detenciones violentas.
Las autoridades y el propio PCC movilizaron a sus simpatizantes, quienes salieron a contrarrestar a los opositores y a demostrar la “firmeza de la revolución”, dijeron, lo que también terminó en algunos enfrentamientos.
Por su parte, los obispos católicos dieron a conocer un llamamiento para evitar la violencia.
“Entendemos que el gobierno tiene responsabilidades y ha tratado de tomar medidas para paliar las referidas dificultades, pero también comprendemos que el pueblo tiene derecho a manifestar sus necesidades, anhelos y esperanzas”, expresó un documento de la jerarquía católica de la isla.
Es necesario ejercitar “la escucha mutua” y evitar la violencia pues “la agresividad de hoy abre heridas y alimenta rencores para mañana que costará mucho trabajo superar, por eso invitamos a todos a no incentivar la situación de crisis”, agregaron los obispos.
La crisis económica ocasionada por las sanciones endurecidas por el expresidente estadounidense Donald Trump para presionar un cambio de modelo político se conjugaron con los dramáticos efectos de la pandemia del nuevo coronavirus que tiene casi paralizada a la isla.
Además, en las últimas semanas y a pesar del éxito de las vacunas de producción cubana, se produjo un repunte de infecciones de COVID-19 -especialmente en la provincia central de Matanzas. Desde que se detectaron los primeros casos en marzo de 2020 a la fecha, se han sumado en el país más de 250.500 contagios y 1.608 fallecidos.