Tailandia arrancó hoy un plan ambicioso pero arriesgado con el que espera dar nueva vida a un sector turístico devastado por la pandemia de coronavirus, al reabrir la popular isla turística de Phuket a los extranjeros totalmente vacunados procedentes de países de menor riesgo.
El llamado programa «caja de arena» de Phuket llega en un momento en el que el número de casos de coronavirus está aumentando en Tailandia, incluyendo un número significativo de casos de la variante delta, y muchos se preguntan si es demasiado pronto para atraer de nuevo a los turistas, o si vendrán en números significativos en cualquier caso, debido a las restricciones que aún enfrentarán.
Las autoridades advirtieron que, si los casos empezaban a aumentar en la isla, podría ser necesario imponer más restricciones o cerrarla por completo. Se esperan menos de 250 viajeros internacionales en el primer día, frente al objetivo inicial de 1.500.
Luego de salir del aeropuerto, el francés Bruno Souillard dijo que soñó durante un año con regresar a Tailandia y aprovechó la oportunidad. «Estoy muy, muy feliz», dijo el turista de 60 años después de bajar del primer vuelo: un avión de Etihad procedente de Abu Dabi.
Las autoridades aseguran que el número de casos nuevos en la isla es extremadamente bajo, de un solo dígito al día, y que más del 70% de sus residentes están completamente vacunados. El gobierno apuesta a que los viajeros estarán dispuestos a tolerar las regulaciones relacionadas con el coronavirus para tener la oportunidad de pasar unas vacaciones en la playa después de estar encerrados en sus países de origen durante meses.
Antes del COVID-19, el sector del turismo constituía aproximadamente el 20% de la economía tailandesa y el 95% de los ingresos de Phuket.