Dos meses después que Portugal empezó a relajar las medidas de un confinamiento prolongado, las autoridades de la región de Lisboa darán marcha atrás debido a un aumento de contagios impulsado por la variante delta de coronavirus, que ahora representa más del 70% de los nuevos casos en la capital portuguesa.
El país reportó 1.556 nuevos contagios el jueves —la cifra más alta desde el 20 de febrero. Poco más de 1.000 de ellos se dieron en la región de Lisboa. Funcionarios señalaron que las hospitalizaciones están incrementando a un nivel «preocupante».
El primer ministro António Costa advirtió que el problema no sólo es en Portugal. Los expertos predicen que la variante delta, que se detectó por primera vez en la India, será la causante de aproximadamente el 90% de los nuevos contagios en toda Europa para finales de agosto, afirmó Costa el jueves.
La región de Lisboa, donde viven cerca de 2,8 millones de personas, regresará a un horario de cierre de las 3:30 de la tarde para restaurantes y cafés los fines de semana, con límites más bajos en cuanto a la cantidad de clientes. Entre otras restricciones, los recintos para bodas y bautizos sólo podrán contar con el 25% de su capacidad, menos del 50% permitido en la actualidad.
Los viajes desde y hacia Lisboa no estarán permitidos los fines de semana.
Si bien las hospitalizaciones de pacientes de COVID-19 siguen siendo manejables, la tendencia resulta «preocupante», declaró la ministra del Gabinete Mariana Vieira da Silva durante una conferencia de prensa.
La ministra dijo que el número de hospitalizaciones de pacientes en cuidado intensivo aumentó un 30% y 26% en comparación con la semana pasada, respectivamente.