Una nación indígena en Saskatchewan, en el sur de Canadá, dijo ayer que ha descubierto cientos de sepulturas sin nombre en el sitio de otro antiguo internado para niños indígenas.
Un comunicado del pueblo indígena cowessess y la Federación de Naciones Indígenas Soberanas, que representa a los pueblos indígenas de Saskatchewan, indica que «la cantidad de sepulturas sin nombre será la más significativa hasta la fecha en Canadá».
El mes pasado, los restos de 215 niños, algunos de apenas 3 años de edad, fueron hallados enterrados en el sitio de lo que alguna vez fue el internado indígena más grande de Canadá ubicado cerca de Kamloops, Columbia Británica.
El jefe de los cowessess, Cadmus Delorme, y el jefe de la federación, Bobby Cameron, planeaban celebrar una conferencia de prensa el jueves para proporcionar más detalles sobre el nuevo hallazgo en el internado indígena Marieval, que operó entre 1899 y 1997 en donde ahora viven los cowessess, a unos 140 kilómetros (87 millas) al este de Regina, la capital de Saskatchewan.
Desde el siglo XIX hasta la década de 1970, se ordenó que más de 150.000 niños indígenas asistieran a escuelas cristianas financiadas por el Estado como parte de un programa para integrarlos a la sociedad canadiense. Fueron obligados a convertirse al cristianismo y no se les permitía hablar sus idiomas nativos. Muchos fueron golpeados y maltratados verbalmente, y se dice que hasta 6.000 de ellos murieron.
El gobierno de Canadá se disculpó ante el Parlamento en 2008, y admitió que el abuso físico y sexual en las escuelas era desenfrenado. Muchos estudiantes recuerdan haber sido golpeados por hablar su lengua materna; también perdieron contacto con sus padres y sus costumbres.
Los líderes indígenas han citado ese legado de abuso y aislamiento como la causa fundamental de las tasas epidémicas de alcoholismo y drogadicción en las reservas.