Argentina superó los 90 mil fallecimientos a causa del nuevo coronavirus luego de reportar un récord de decesos en un día, en momentos en que el gobierno se mostraba más optimista por el descenso de los contagios y mientras surgen interrogantes sobre el relajamiento de varias medidas de aislamiento y si se cumplirá a tiempo el plan de vacunación.
El Ministerio de Salud reportó el martes por la noche 792 muertes, con lo que suman 90,281 los fallecidos registrados desde que la pandemia impactó en marzo de 2020.
El dato se dio a conocer el mismo día en que el gobierno del presidente Alberto Fernández se había manifestado más esperanzado debido a que los casos diarios cayeron 40% a nivel nacional en el último mes por un reforzamiento de la cuarentena que se aplicó durante varios días desde fines de mayo. Con los más de 21 mil casos de la víspera, ya son unos 4.2 millones los infectados desde el inicio de la pandemia.
Pero la preocupación sigue puesta en las muertes reportadas diariamente, que no bajan de las 500 desde hace semanas. Los médicos lo atribuyen al pico de contagios que se produjo hace más de un mes y a que una mayor proporción de pacientes entre 40 y 60 años – que no estaban vacunados entonces- ocuparon las unidades de cuidados intensivos. Estos enfermos pasan más tiempo en terapia y mientras más se extiende su estadía aumenta la posibilidad de que se sufran complicaciones y fallezcan.
El médico Luis Cámera, uno de los integrantes del comité científico que asesora al Ministerio de Salud, dijo a The Associated Press que el gran volumen de contagios que se produjo en mayo y parte de junio «terminó complicando» la situación y disparando los decesos.
Cámera indicó que los contagios obedecen fundamentalmente a las variantes de Manaos y la Andina, predominantes en Argentina y en el resto de América Latina, que incrementaron las complicaciones de la enfermedad, incluso entre los jóvenes.
El especialista y otros médicos se han mostrado preocupados por el relajamiento de algunas restricciones de circulación dispuestas desde la semana pasada por las autoridades tras la disminución de casos justo cuando ha comenzado el invierno y la campaña de vacunación está lejos de completarse.
«Se ha hecho de una forma un tanto apresurada… Vemos con preocupación darle ahora una oportunidad al virus, que lo teníamos bajando» y advirtió que teme otro rebrote «porque todavía no tenemos tanta gente vacunada».
Los algo más de 21,000 casos de la víspera representan la mitad del pico que se registró hace más de un mes pero siguen constituyendo una alta meseta de contagios.
Las recomendaciones que los expertos transmiten al Ministerio de Salud no son de cumplimiento obligatorio por parte de las autoridades de las distintas jurisdicciones. Buenos Aires y la provincia homónima ampliaron recientemente el horario de atención en restaurantes y autorizaron la apertura de grandes centros comerciales y cines, entre otros negocios, para paliar los efectos de la crisis económica causada por la pandemia.
En este escenario, la ministra de Salud, Carla Vizzotti, afirmó que escalará el plan de vacunación para completar el esquema con las dos dosis y admitió que «es una posibilidad» combinar vacunas de diferentes laboratorios ante la eventual dificultad para acceder a segundos componentes de una misma marca.
Unas 14,8 millones de personas de una población de 45 millones recibieron una dosis y 3,7 millones las dos. El plan de inmunización que comenzó en diciembre con la vacuna rusa Sputnik, a la que luego se sumaron las de AstraZeneca y Sinopharm, ha transcurrido lentamente durante meses pero en las últimas semanas ha cobrado mayor celeridad.
La inquietud ha surgido ahora en torno a si se cumplirá en tiempo y forma con la inoculación de la segunda dosis de la Sputnik V -de diferente composición que la primera- a unas seis millones de personas. Diputados de la oposición presentaron un pedido de informes al Ministerio de Salud para que precise las fechas de arribo de dicho componente.
El presidente Fernández salió al paso de esos cuestionamientos al señalar irónicamente en un acto oficial que «ahora nos reclaman la segunda dosis de veneno», en referencia a las críticas vertidas contra la vacuna rusa cuando comenzó a aplicarse en diciembre por parte de dirigentes cercanos a su antecesor, el expresidente Mauricio Macri (2015-2019). «Le quitaron recursos a la salud y a la educación y ahora vienen a explicarnos a nosotros qué hacer», les reprochó el mandatario.