Nueve líderes independentistas catalanes indultados por el gobierno de España salieron de prisión hoy entre los vítores de sus seguidores. Dejaron atrás sus largas condenas por haber organizado un intento de crear una república catalana hace casi cuatro años.
El Gabinete español los indultó ayer con la esperanza de comenzar lo que el presidente de gobierno, Pedro Sánchez, calificó de reconciliación muy necesaria en la agitada región nororiental española, aunque el ferviente respaldo local a los secesionistas perdonados muestra que le problema no desaparecerá pronto.
El exvicepresidente regional, Oriol Junqueras; cinco miembros más de su gobierno; la expresidenta del Parlamento catalán y dos activistas proindependentistas quedaron libres poco después del mediodía. Han pasado entre tres años y medio y cuatro entre rejas.
El Boletín Oficial del Estado publicó el miércoles el decreto de indulto.
Los separatistas fueron recibidos por decenas de seguidores y familiares, que aplaudieron y los vitorearon a pesar de la lluvia. Los hombres, que quedaron libres en grupo, mostraron una pequeña pancarta con la frase «Freedom Catalonia» («Libertad para Cataluña») además de una bandera catalana y hablaron a sus seguidores en catalán.
«Somos conscientes de que hoy, con nuestra salida de prisión, no se acaba nada», dijo Junqueras a sus simpatizantes en un discurso desafiante. «La prisión no nos asusta, sino que refuerza nuestras ideas».
El presidente de la región, Pere Aragonès, y la presidenta del Parlamento, Laura Borràs, también acudieron al exterior del penal para recibirlos.
El indulto canceló el resto de las penas de prisión, que iban de nueve a 13 años, por sedición y malversación de fondos públicos por el referéndum ilegal de 2017 y la breve declaración de independencia de Cataluña, pero los separatistas no podrán ocupar cargos públicos hasta el final de sus condenas y podrían regresar a prisión si vuelven a incumplir la ley española, según el decreto.
Aunque las encuestas muestran que muchos españoles están en contra de esta decisión, Sánchez defendió los indultos alegando que son populares en Cataluña y que dejar libres a los separatistas será un nuevo comienzo para la relación entre las autoridades centrales y regionales.
Las divisiones políticas estuvieron a la vista el miércoles en el Parlamento nacional. El líder de la oposición, el conservador Pablo Casado, pidió la renuncia de Sánchez por otorgar los indultos sin consultar a los legisladores.
«Aplauden un día aciago para la historia democrática española. Prometió no indultar a los presos y traer a Puigdemont para ser juzgado. Echó el destino de España en manos de los separatistas», declaró Casado acusando a Sánchez de mentir porque el líder socialista prometió no hacer concesiones a los separatistas cuando llegó al gobierno.
«Es el pacto Drácula con los separatistas. Saca de la cárcel a nueve delincuentes para que no le saquen a usted de La Moncloa. Respete a este Parlamento», agregó el líder de la oposición.
Sánchez respondió diciendo que la decisión de otorgar indultos era «una medida valiente, reparadora, en favor de la concordia».
Los legisladores separatistas catalanes pidieron al gobierno dar un paso más y lo instaron a seguir el «camino escocés», en referencia al referéndum de independencia de Escocia de 2014 que fue autorizado por el gobierno británico. Los votantes en Escocia eligieron permanecer en Reino Unido.