El primer ministro de Suecia, Stefan Lofven, antes de un voto de confianza en el Parlamento de Suecia en Estocolmo, Suecia. Foto La Hora/Anders Wiklund / TT vía AP.

El socialdemócrata Stefan Lofven, que era primer ministro de Suecia desde 2014, perdió hoy una moción de censura en medio de una crisis de la vivienda y de precios disparados de los bienes raíces, y se convirtió en el primer jefe de gobierno del país en perder esa clase de votación.

El proceso fue iniciado el martes por el pequeño Partido Izquierda, aliado del gobierno en minoría y que no forma parte de la coalición de centroizquierda de dos partidos, pero que había colaborado con sus votos para aprobar legislación.

La controversia que llevó al Partido Izquierda a perder confianza en Lofven gira en torno a los planes de liberalizar el mercado sueco de la vivienda debido a rápidas subidas de precios registradas durante la pandemia.

Suecia tiene una estricta regulación sobre el precio del alquiler para mantenerlo a cifras asequibles en las ciudades grandes. Sin embargo, esto desincentiva que los promotores inmobiliarios construyan nuevas viviendas para el mercado del alquiler. La gente que necesita arrendar una casa puede verse años esperando a conseguir un contrato, y comprar propiedades es cada vez más difícil porque los precios siguen subiendo.

Sin embargo, el Partido Izquierda teme que liberalizar el mercado del alquiler produzca bruscas subidas de precios y aumente la segregación entre ricos y pobres.

No estaba claro qué ocurriría a continuación con el gobierno de Suecia. Lofven dijo el jueves que quería esperar al resultado de la moción de censura y después «pensar lo que es mejor para Suecia». El mandatario dijo tener dos opciones: convocar elecciones anticipadas o convertirse en jefe de un gobierno provisional.

Tiene una semana para tomar una decisión.

Durante el fin de semana, Lofven celebró reuniones de última hora para conseguir un apoyo mayoritario en el parlamento a su propuesta de reforma. El domingo intentó suavizar la reforma invitando a propietarios y arrendatarios a consultas.

Sin embargo, la líder del Partido Izquierda dijo que la iniciativa era «un espectáculo político» y se atuvo a su decisión de oponerse a Lofven.

«Hemos hecho algo que se percibe como inusual en política (…) mantener nuestra palabra», dijo.

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