CIUDAD VICTORIA, México / AP
La fiscalía federal mexicana abrirá “una investigación a fondo” sobre los ataques armados ocurridos el fin de semana en Reynosa, una localidad al noreste del país y fronteriza con Texas, que dejaron 19 fallecidos y una estela de terror entre los habitantes de la zona que es asediada por grupos criminales.
Así lo anunció el lunes el presidente Andrés Manuel López Obrador, que urgió a indagar los motivos de lo que calificó como un “ataque cobarde” y a castigar a los responsables.
“Todo indica que no fue un enfrentamiento sino que fue un comando que disparó a gente que no estaba en plan de confrontación”, afirmó el mandatario.
El sábado individuos armados que se trasladaban en varios vehículos descargaron sus armas contra ciudadanos comunes, entre ellos taxistas, obreros y un estudiante de enfermería. En los ataques perecieron 15 ciudadanos, uno de ellos en un centro de salud, y cuatro civiles armados que murieron en enfrentamientos con la policía, precisó el gobierno estatal.
“Existen elementos suficientes sobre la probable participación de grupos criminales vinculados a la comisión de varios delitos federales, entre ellos delincuencia organizada, que tendrían relación con agrupaciones criminales que operan en la región de Matamoros, Río Bravo y Reynosa”, señaló el gobierno de Tamaulipas en un comunicado el lunes en el que indicó también que la fiscalía estatal trabajará con la federal para esclarecer los hechos.
Reynosa es escenario habitual de actos de violencia vinculada al crimen organizado y punto estratégico de los tráficos ilegales. En esa región, la parte más oriental de la frontera entre México y Estados Unidos, opera el Cártel del Golfo, que tienen en su seno distintos grupos que luchan entre sí para controlar territorios clave para el trasiego de droga y de migrantes. Aparentemente una de las células de una localidad cercana es la que entró en Reynosa y cometió los ataques.
Pero pese a que la violencia no es algo nuevo, los sucesos del sábado impactaron en la población.
“Tenemos aproximadamente dos años o más sin que ocurriera este tipo de ataques a los ciudadanos inocentes, eso es lo que cambió», dijo a The Associated Press Maki Esther Ortiz, alcaldesa de Reynosa, la ciudad más grande de Tamaulipas y epicentro industrial del estado. “Y eso es lo que nos tiene muy inquietos, con muchísima tristeza y de luto”, agregó la funcionaria que pidió protección a las autoridades federales y estatales.
Los tiroteos provocaron la movilización del Ejército, la Guardia Nacional, la policía estatal y la fiscalía del estado, que se desplegaron por toda la ciudad, pero según el Comité de Derechos Humanos de Nuevo Laredo, una ONG presente en la región, falló la coordinación entre las distintas fuerzas de seguridad.