El presidente peruano Francisco Sagasti calificó ayer como «inaceptable» una carta que uniformados jubilados enviaron a los jefes militares donde cuestionan la limpieza de las elecciones presidenciales y piden desconocer al izquierdista Pedro Castillo, en el caso de que sea proclamado mandatario del país sudamericano.
En un mensaje a la nación transmitido por la televisora pública, el gobernante dijo que envió la misiva al Ministerio Público para que adelante una investigación y determine «posibles conductas lesivas al orden constitucional y establezca las respectivas responsabilidades».
«Lo que es inaceptable es que un grupo de personas retiradas de las fuerzas armadas pretenda incitar a los altos mandos del ejército, marina y la fuerza aérea para que quebranten el estado de derecho», indicó Sagasti.
La víspera, el Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas recibió una carta adjuntando los nombres de más de mil militares retirados. En la misiva indican, en referencia a Castillo, que Perú tendría un «presidente ilegal e ilegítimamente proclamado» si las autoridades electorales «desestiman las documentadas denuncias» de fraude presentadas por la candidata derechista Keiko Fujimori.
Fuentes militares confirmaron a The Associated Press que la carta estaba dirigida al jefe del comando conjunto de las fuerzas armadas, así como a los jefes del ejército, la marina y la fuerza aérea. También se indicó que existían al menos cinco nombres de militares que ya han fallecido.
El director para las Américas de Human Rights Watch, José Miguel Vivanco, dijo en su cuenta de Twitter que «todos los peruanos –y en especial los candidatos, los funcionarios públicos y los miembros de las fuerzas de seguridad– deben respetar los resultados electorales que anuncien las autoridades».
«La carta de los militares (r) peruanos es una afrenta inaceptable al Estado de derecho. Perú requiere que todos sus líderes defiendan la institucionalidad democrática en este momento. El presidente ha tomado el liderazgo», señaló.
Fujimori acusa a Castillo de orquestar un «fraude sistemático en mesa» y pide a las autoridades electorales anular miles de votos de su rival en una ajustada elección donde al término del conteo de votos, el izquierdista terminó con 50.125% de votos, frente al 49.875% de la derechista.
Keiko Fujimori no ha presentado pruebas contundentes para sostener su acusación de fraude, tampoco ha concedido la victoria a Castillo, prolongando la incertidumbre en un país azotado por la pandemia del coronavirus que ha matado a más de 189,000 y ha contagiado a más de dos millones.
No es el primer intento en desconocer el balotaje donde el profesor de primaria Castillo se mantiene primero. Jorge Montoya, un militar retirado y electo congresista de un partido derechista, sugirió el martes repetir el balotaje porque «hay indicios que hubo un mal manejo electoral».
Fujimori acusa a Castillo de «comunista» y de querer copiar el modelo estatista implantado en Venezuela y Cuba. «Son muy radicales, han generado discursos de odio, de lucha de clases», dijo hace una semana Fujimori sobre Castillo en una conferencia con la prensa internacional.
El presidente Sagasti recordó que en un sistema democrático los militares son neutrales y no son deliberantes. «Nos ha tomado mucho tiempo y esfuerzo construir nuestra institucionalidad democrática a lo largo de nuestros turbulentos 200 años de vida republicana», dijo Sagasti.
Quien gane los comicios gobernará por cinco años desde el 28 de julio.