La escalada de la violencia pandillera ha forzado a casi 8.500 mujeres y niños a abandonar sus hogares en la capital de Haití en las últimas dos semanas, según un informe de UNICEF.
Las autoridades dicen que las luchas de las pandillas por el control de sus territorios en Puerto Príncipe han obligado a cientos de familias a abandonar viviendas incendiadas o saqueadas en las barriadas pobres. Muchos permanecen en gimnasios y otros refugios temporarios donde escasean el agua, alimentos y otros artículos como mantas y ropa.
Bruno Maes, representante haitiano de la agencia de la ONU para la infancia, comparó la situación con una guerra de guerrillas en la que «miles de mujeres y niños están atrapados entre fuegos cruzados».
Casi 14.000 personas en Puerto Príncipe se han visto desplazadas por la violencia en los últimos nueve meses, de acuerdo con la oficina de la ONU que supervisa la coordinación humanitaria. Familias con infantes duermen sobre pisos de hormigón en un gimnasio del barrio Carrefour, con una sábana por única cama y rodeados por bolsas con sus pertenencias.
Muchos prevén un aumento de la violencia a medida que se acercan las elecciones generales previstas para septiembre y noviembre. Dicen que las pandillas apoyan a ciertos candidatos y atacan los barrios que organizan protestas contra el presidente Jovenel Moïse.
Pierre Espérance, director ejecutivo de la Red de Defensa de los Derechos Humanos, dijo que las pandillas controlan alrededor del 60% del territorio nacional que desde 2018 se ha informado de 12 masacres en barriadas pobres. Dijo que le preocupa especialmente el aumento reciente de la violencia.
«Es la peor que hemos visto», acotó. «Las pandillas tienen tanto poder, y se las tolera… La situación se deteriora con cada día que pasa con Jovenel en el gobierno».
Espérance no prevé una solución inmediata: «No va a ser posible realizar elecciones en Haití en 2021», dijo.
No se pudo contactar de inmediato al vocero de Moïse en busca de declaraciones.