El gobierno del presidente Nicolás Maduro denunció ayer que unos 10 millones de dólares fueron «bloqueados» como consecuencia de las sanciones internacionales impuestas al país por Washington, impidiendo a Venezuela completar el monto requerido para ser beneficiario del mecanismo COVAX, creado por Naciones Unidas para garantizar un acceso equitativo a la inmunización.
El bloqueo de fondos se produce en momentos que el gobierno venezolano busca dar un impulso a su plan masivo de vacunación contra el COVID-19.
Los países sancionados «tenemos además la dificultad del bloqueo contra nuestros pueblos para acceder a tratamientos, equipamiento, a vacunas», dijo la vicepresidenta venezolana Delcy Rodríguez en declaraciones difundidas por la televisión estatal. El gobierno «con gran sacrificio logró pagar la cuota de 120 millones de dólares que corresponde para que Venezuela tenga acceso al lote de vacunas», mediante COVAX. El lunes se recibió en Suiza la notificación de que la última porción del monto a pagar quedó en un limbo.
COVAX informó en un comunicado que desde el 13 de abril, la Alianza Mundial para Vacunas e Inmunización (GAVI, por sus siglas en inglés), «ha recibido 12 transacciones de Venezuela» por un monto de más de 109.9 millones de dólares, resaltando que todavía están pendiente unos 10 millones de dólares, indicó Rodríguez.
«¿Porque este balance? Venezuela pagó la cuota completa que requiere COVAX», pero «los últimos cuatro pagos fueron bloqueados», aseveró. La vicepresidente indicó que COVAX recibió la notificación del banco suizo UBS «que los pagos han sido bloqueados y están bajo investigación».
El «lobby estadounidense tiene el poder de bloquear unos recursos que van para inmunizar a la población de Venezuela», expresó.
Citando «razones legales y regulatorias», una vocera del banco suizo dijo a The Associated Press que no podía comentar sobre asuntos relacionados con sus clientes potenciales. Sin dar detalles, la portavoz aseguró que UBS cumple «con los requisitos legales y regulatorios aplicables en todas las jurisdicciones, incluidos los respectivos regímenes de sanciones, que incluyen al menos las sanciones impuestas actualmente por Suiza, la ONU, el Reino Unido, la UE y los EEUU».
Washington congeló todos los activos del gobierno venezolano en Estados Unidos y prohibió a los estadounidenses hacer negocios con Caracas para presionar a Maduro a dejar el poder. Las sanciones también apuntan a que el gobierno venezolano pueda realizar transacciones financieras y comerciales en el extranjero, acceder a activos internacionales y realizar operaciones con petróleo, oro u otros recursos.
A través de COVAX, Venezuela esperaba recibir un suministro de 11.374.400 dosis de la cesta de distintas vacunas que proporciona. Ese volumen representa 20% de las vacunas necesarias para inmunizar a la población, estimada en cerca de 30 millones.
En la víspera, la Organización Panamericana de la Salud indicó que los procesos para que COVAX ponga las vacunas disponibles para Venezuela están en marcha, y la semana próxima podrían conocerse qué tipo de dosis y la cantidad. Luego, la nación sudamericana debería decidir si las acepta o no.
«No tenemos información del pago completo», expresó Ciro Ugarte, director de Emergencias de Salud de la OPS, en una conferencia virtual de la organización. «Hay todavía un balance de 10 millones», expresó. Ugarte aclaró que las vacunas no estarían disponibles a la brevedad, pero dijo que esperan que «Venezuela tenga prioridad» porque no ha tenido acceso a suficientes.
Se teme que el bloqueo de los pagos frene notablemente el proceso de vacunación en Venezuela. Las autoridades han dicho que después de que se canceló el monto requerido por COVAX, ese organismo procede a negociar vacunas con los diferentes proveedores mundiales y las asigna de acuerdo «con lo que escoge cada país».
Venezuela ha planteado que no autorizará el uso en el país de la vacuna de AstraZeneca contra el coronavirus y ha pedido COVAX que le permita escoger entre las distintas vacunas que estén a disposición.
Venezuela —que ha expresado su disposición a considerar «todos los candidatos vacunales que ellos tienen», ha dicho que escogerá la vacuna «en base a la soberanía científica» del país. Descartó la AstraZeneca citando los reportes de efectos negativos registrados en algunas personas luego de ser inoculadas.
Venezuela inició el 18 de febrero la primera fase de vacunación focalizada en el sector salud, seguridad y educación, y el 29 de mayo sumó al proceso a los mayores de 60 años. Desde el 13 de febrero han arribado al menos 380.000 dosis de la vacuna rusa Sputnik V, que representan 3,8% del total de 10 millones acordadas inicialmente en diciembre entre los gobiernos de Caracas y Moscú.
Venezuela también recibió el 1 de marzo un lote de 500.000 dosis de la vacuna Vero Cell de la empresa estatal china Sinopharm, donadas por el gigante asiático. El 23 de mayo, Maduro anunció la llegada de 1,3 millones de vacunas de China, sin dar detalles.
En Venezuela –donde el coronavirus no ha azotado con tanta fuerza como en otros países sudamericanos– se contabilizan 2.764 fallecidos y más 246.700 casos positivos, de los cuales se mantienen unos 14.400 casos activos.