WASHINGTON / AP
El número de niños no acompañados y de familias que entran ilegalmente en Estados Unidos por su frontera sur disminuyó considerablemente en mayo, aunque se mantiene en niveles altos, dijeron el miércoles las autoridades.
El mes pasado se encontraron 14.158 menores migrantes no acompañados, debajo de los 17.148 de abril y del récord de 18.951 de marzo. El número de mayo fue el tercer máximo histórico.
Aunque bajaron desde marzo, las grandes cifras de migrantes que llegan a la frontera han creado un enorme desafío para el gobierno del presidente Joe Biden. Durante su visita del lunes a Guatemala, la vicepresidenta Kamala Harris envió un mensaje a quienes tienen pensado hacer la travesía hasta la frontera: “No vengan”.
El gobierno publicó las cifras en su página web el miércoles por la noche, otra vez en forma discreta, a diferencia de la presidencia de Donald Trump, cuyos funcionarios difundían los totales mensuales con fanfarrias y respondían preguntas de la prensa.
En total se registraron 180.034 encuentros en mayo en la frontera con México, ligeramente más que los 178.854 del mes anterior, y el aumento correspondió principalmente a adultos que iban solos. El total de encuentros casi se acerca a los máximos históricos de los últimos 20 años, aunque no son directamente comparables, porque las expulsiones efectuadas recientemente en virtud de una medida relacionada con la pandemia no conllevan consecuencias legales, lo cual alienta a las personas a que intenten cruzar varias veces.
El presidente Biden ha mantenido en vigor facultades del gobierno de Trump que permiten la expulsión de quienes crucen la frontera, en menos de dos horas por lo general, esgrimiendo el argumento sanitario de que intentan impedir la propagación del coronavirus.
Los encuentros con familias totalizaron 44.794 en mayo, comparados con 50.228 en abril. Sólo una de cada cinco familias fue expulsada el mes pasado de acuerdo con la autoridad relacionada con la pandemia.
Casi nueve de cada 10 adultos solos fueron expulsados según la emergencia de salud pública. Los niños no acompañados no son expulsados y se les permite permanecer en Estados Unidos para que soliciten asilo.