El ministro de Salud alemán dijo hoy que se siente «cualquier cosa menos feliz» ante la elección del gobierno de Siria -que desde hace una década libra una guerra civil contra los disidentes- a la junta ejecutiva de la Organización Mundial de la Salud.
Jens Spahn dijo que la elección de Siria, confirmada sin debate ni disidencia en una reunión de los estados miembros de la OMS en Ginebra durante el fin de semana, reflejaba la necesidad de trabajar con algunos gobiernos en beneficio de sus pueblos, sobre todo en asuntos de salud.
«Me siento cualquier cosa menos feliz con esta decisión», dijo Spahn en conferencia de prensa en Berlín.
Pero añadió que la cooperación internacional entre estados soberanos era necesaria para coordinar y determinar estándares y observó que ocurre una situación similar en otros foros internacionales como el Consejo de Derechos Humanos de la ONU.
«Éstas son las deficiencias de la realpolitik», dijo.
«En materia de salud y la atención de la población, la pregunta siempre es: ¿a quién estamos sancionando en realidad si no posibilitamos la cooperación?», dijo Spahn. «¿Estamos sancionando al régimen o la población?».
Decenas de personal médico en el noroeste de Siria, en poder de los rebeldes, protestaron en lunes por la decisión de otorgar la banca al gobierno del presidente Bashar Assad, al que acusan de bombardear hospitales y clínicas en todo el país devastado por la guerra.
Medio millón de personas han muerto y millones han huido del país desde que estalló el conflicto en 2011.
Siria estuvo entre los 12 países miembros de la OMS que se postularon para la junta ejecutiva de 34 miembros, un grupo técnico cuyo cometido es llevar a cabo las decisiones de la asamblea y asesorarla.
Siria ocupará su banca en la próxima reunión de la junta, a partir del miércoles.