Los legisladores demócratas en Texas abandonaron la Cámara de Representantes ayer por la noche con el objetivo de bloquear la aprobación una de las leyes electorales más restrictivas de Estados Unidos antes de que venciera el plazo límite a medianoche.
Pero la victoria podría ser fugaz. El gobernador republicano Greg Abbott dijo con rapidez que convocaría una sesión especial para intentar aprobar la propuesta, pero no precisó cuándo.
«Llevamos años diciendo que queremos que más gente participe en nuestra democracia. Y simplemente parece que no es el caso», dijo el representante demócrata estatal Carl Sherman.
La Propuesta de Ley 7 del Senado habría introducido una serie de cambios para eliminar la opción de votar desde los autos, dar más poder a los observadores electorales de partidos e imponer nuevos requisitos para el voto por correo en Texas, que ya tiene una de las leyes electorales más duras de Estados Unidos.
Unas dos horas antes de medianoche, cuando terminaba el plazo para aprobar la norma, los demócratas empezaron a abandonar la cámara baja en grupos cada vez más grandes, hasta dejar a los republicanos sin el quórum necesario para celebrar la votación definitiva. Fue una derrota poco habitual para los republicanos en el capitolio de Texas, donde controlan todas las instancias del poder y tienen mayorías abrumadoras en la Cámara de Representantes y el Senado.
«Estoy decepcionado porque algunos miembros decidieran romper el quórum», indicó el representante estatal Briscoe Cain, que presentó la reforma ante la cámara. «Todos sabemos lo que eso significaba. Comprendo por qué lo hacen, pero todos juramos a los texanos que estaríamos aquí para hacer nuestro trabajo».
La escena recordó a la de 2003, cuando la minoría demócrata rompió dos veces el quórum para impedir los esfuerzos republicanos de redibujar los mapas electorales. Primero los demócratas de la cámara baja salieron del estado en masa y fueron a Ardmore, Oklahoma, para regresar unos días más tarde. Ese verano, los demócratas del Senado estatal retrasaron una sesión especial al viajar en grupo a Albuquerque, Nuevo México, durante varias semanas.
En definitiva, ninguno de los intentos tuvo éxito porque los demócratas terminaron regresando al Capitolio y los republicanos aprobaron la reforma de circunscripciones.
En reuniones a puerta cerrada, los republicanos añadieron cláusulas que podrían facilitar que un juez revocara una elección y retrasaron el inicio de las votaciones en domingo, cuando muchos feligreses negros van a votar. La propuesta de 67 páginas también eliminaría la opción de votar desde el auto y los centros de votación de 24 horas, dos medidas incluidas el año pasado por el condado Harris, el mayor bastión demócrata del estado.
Texas es el último gran campo de batalla de los esfuerzos nacionales del Partido Republicano por endurecer las leyes electorales, impulsadas por las afirmaciones falsas del expresidente Donald Trump de que le robaron las elecciones de 2020. Georgia y Florida también aprobaron nuevas restricciones y el presidente, Joe Biden, comparó el sábado la propuesta de ley texana con los cambios electorales en esos estados, que tachó de «un ataque a la democracia».
La votación en el Senado de Texas llegó poco después de que se publicara una versión definitiva del texto el sábado. En torno a la medianoche, los republicanos aprovecharon su mayoría para suspender las normas que normalmente prohibirían votar una ley que no llevaba 24 horas publicada. Los demócratas se opusieron a la operación, que describieron como una violación del protocolo que impedía tanto a la oposición como a la población revisar primero los términos del texto.