Luego de tres meses de atraso y en medio del peor momento de la pandemia del coronavirus, Argentina recibió ayer las primeras 843,000 dosis de la vacuna de AstraZeneca en el marco del convenio suscrito con ese laboratorio por 22.4 millones de dosis.
Las vacunas llegaron al aeropuerto internacional de Ezeiza, en las afueras de Buenos Aires, en un vuelo de LATAM Cargo procedente de Miami, Estados Unidos.
AstraZeneca produce el principio activo de su fármaco en un laboratorio situado la provincia de Buenos Aires y lo envía para ser envasado a México y Estados Unidos. Problemas de logística en ese primer país obligaron recientemente a buscar laboratorios en territorio estadounidense para envasar e iniciar los envíos del inoculante.
México y Argentina preveían que millones de dosis de la vacuna de AstraZeneca comenzarían a circular desde marzo en distintos países de América Latina en el marco de la colaboración que acordaron para producirlas y distribuirlas.
El canciller mexicano Marcelo Ebrard dijo la semana pasada que la planta de Liomont encargada del envasado en su país tuvo problemas para obtener unos filtros especiales y otros equipos, y acotó que los primeros lotes deberían estar listos para el 24 o 25 de mayo, los cuales serían enviados dentro de México, así como a Argentina y a otras naciones de América Latina, una de las regiones más afectadas por la pandemia.
El lote de AstraZeneca que llega a Buenos Aires se suma a las 204,000 dosis que llegaron el domingo a Buenos Aires mediante el mecanismo COVAX, coordinado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) para garantizar un acceso equitativo a la vacuna.
El gobierno del presidente Alberto Fernández espera ansiosamente la llegada de inmunizantes que permita agilizar la lenta campaña de vacunación que también se efectúa con la vacuna rusa Sputnik V y la del laboratorio chino Sinopharm, en el marco de un brote de coronavirus que ha tensionado al máximo el sistema sanitario.
Las terapias intensivas de hospitales situados en algunas zonas declaradas en emergencia están cerca de colapsar, lo que, sumado al incremento del número de fallecidos en los últimos días, empujó a las autoridades a ordenar una cuarentena estricta desde el sábado y por nueve días.
Hospitales públicos y privados de Buenos Aires y once provincias del país dicen tener una ocupación promedio del 90% de las camas de las Unidades de Terapia Intensiva en un relevamiento realizado por la Sociedad Argentina de Terapia Intensiva.
Por otro lado, la vacunación que comenzó a fines de diciembre transcurre más despacio de lo deseable. Unas 8.7 millones de personas han recibieron una dosis de alguna vacuna y 2.4 millones las dos de una población de unos 45 millones.
Argentina registra hasta ahora 3.5 millones de infectados y cerca de 75,000 muertos por COVID-19.