El Papa Francisco condenó ayer la «inaceptable» espiral de violencia entre Israel y Hamas y afirmó que las muertes, especialmente de niños, son «un indicio de que no quieren construir el futuro, sino que quieren destruirlo».
Francisco rezó para pedir paz, calma y ayuda internacional para ayudar a abrir un camino de diálogo durante su bendición del domingo, ofrecida desde la ventana de su estudio sobre la Plaza de San Pedro.
«Me pregunto: Este odio y esta venganza, ¿qué traerán? ¿De verdad creemos que podemos construir la paz destruyendo al otro?», dijo el Papa.
En comentarios inusualmente vehementes, Francisco añadió: «En nombre de Dios, que creó a todos los seres humanos en derechos, deberes y dignidad y llamados a vivir como hermanos, hago una llamada a la calma» y al final de la violencia.
Durante los últimos días, Israel ha bombardeado Ciudad de Gaza en medio de combates entre fuerzas israelíes y Hamas, el grupo islamista que controla el territorio. Entre los muertos en bombardeos del domingo había 10 mujeres y ocho niños, así como 50 heridos en un solo ataque.
Al menos 181 palestinos han muerto en Gaza en este brote de violencia, incluidos 52 niños y 31 mujeres, con 1,225 heridos. Ocho israelíes han muerto, entre ellos un niño de cinco años y un soldado.