Un periodista herido recibe ayuda después de que, según informes, fue alcanzado por un bote de gas lacrimógeno disparado por la policía en Puerto Príncipe, Haití, el 9 de marzo de 2024. Foto: AFP.
Un periodista herido recibe ayuda después de que, según informes, fue alcanzado por un bote de gas lacrimógeno disparado por la policía en Puerto Príncipe, Haití, el 9 de marzo de 2024. Foto: AFP.

La situación en Haití, asolada por bandas criminales, será tratada este lunes en una reunión de crisis en Jamaica, después de la evacuación el fin de semana de diplomáticos europeos y estadounidenses de Puerto Príncipe ante el aumento de la violencia pandillera.

El jefe de la diplomacia estadounidense, Antony Blinken, llegó a Kingston para participar en el encuentro convocado por la Comunidad del Caribe (Caricom), que invitó también a representantes de Estados Unidos, Francia, Canadá y la ONU.

«Esperamos lograr avances», dijo Blinken al reunirse con el primer ministro jamaicano, Andrew Holness. Este es un «momento crítico para Haití y también para todos nosotros», añadió.

Según su portavoz, el secretario de Estado estudiará los esfuerzos para «acelerar una transición» con el «establecimiento de una presidencia colegiada» en Haití, y abordará el despliegue de una misión internacional de seguridad.

El Consejo de Seguridad de la ONU pidió el lunes unas «negociaciones serias» a los actores políticos haitianos para «restablecer las instituciones democráticas».

EVACUACIÓN DE EMBAJADAS

Puerto Príncipe vive sometida a bandas armadas que exigen, al igual que parte de la población, la renuncia del primer ministro, Ariel Henry.

En el caos que impera en la capital, las fuerzas de seguridad arrebataron el control del puerto a las pandillas durante el fin de semana, informó a la AFP el director de la Autoridad Portuaria Nacional, Jocelin Villier.

Varios barcos descargaron containers, pero sigue siendo un desafío sacar los productos y alimentos fuera del puerto, ya que las carreteras principales son inseguras, añadió.

Las pandillas llevan días atacando lugares estratégicos como el palacio presidencial, las comisarías y las prisiones, en su pulso contra el poder.

En este contexto incierto, la Unión Europea evacuó a todos sus empleados en Puerto Príncipe hacia «un lugar más seguro fuera del país», indicó este lunes Peter Stano, portavoz del jefe de la diplomacia del bloque comunitario, Josep Borrell.

La misión diplomática alemana anunció una medida similar el domingo: el envío de su embajador a la vecina República Dominicana «hasta nuevo aviso».

Y los estadounidenses evacuaron en helicóptero a su personal diplomático no esencial de la capital el sábado por la noche.

 

«SITIADA»

Hace una semana, las autoridades haitianas declararon el estado de emergencia y el toque de queda nocturno, en el departamento del Oeste, que incluye la capital, al empeorar la seguridad en Puerto Príncipe.

Las fuerzas de seguridad no controlan, sin embargo, este territorio, sometido en gran parte a los grupos armados. Y la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) califica Puerto Príncipe de «ciudad sitiada».

«Hoy no debemos contar con las autoridades que han fracasado y que no viven en Haití», declaró el sindicato policial SPNH-17 en un comunicado publicado este lunes. «Debemos movilizarnos para defender nuestro país e impedirles destruir lo poco que nos queda», añadió.

Ya a fines de 2023 el Consejo de Seguridad de la ONU había acordado el envío de una misión internacional dirigida por Kenia para apoyar a la policía haitiana, pero su despliegue se hace esperar.

El primer ministro haitiano, que firmó a principios de marzo en Nairobi un acuerdo para el despliegue de policías kenianos, no ha podido regresar a su país desde entonces.

Henry permanece en Puerto Rico desde el martes tras no lograr aterrizar en Puerto Príncipe por la violencia en el aeropuerto, y después de que República Dominicana le negara la entrada.

El dirigente, nombrado por el presidente Jovenel Moïse justo antes de su asesinato en julio de 2021, debería haber dejado el cargo a principios de febrero, pero se ha negado a hacerlo.

OFICINAS CERRADAS

En la capital, las oficinas públicas y las escuelas llevan días cerradas, y el aeropuerto está paralizado.

Los hospitales, objetivo de las bandas, tampoco pueden funcionar con normalidad en el país más pobre de América.

Según la OIM, 362.000 personas -más de la mitad de ellas niños- están actualmente desplazadas en Haití, una cifra que ha aumentado un 15% desde principios de año.

En una de las pocas buenas noticias de los últimos días, una congregación católica anunció el domingo la liberación de cinco personas secuestradas en febrero en Puerto Príncipe, entre ellas cuatro religiosos.

Esa institución pidió la liberación de otros dos religiosos secuestrados.

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