El gobernador de Florida, Ron DeSantis, vetó este viernes un proyecto de ley para prohibir el uso de redes sociales a los menores de 16 años, una iniciativa controvertida en un momento en que Estados Unidos cuestiona el impacto de los gigantes de internet sobre la juventud.
Ese rechazo se esperaba desde la semana pasada, cuando el gobernador indicó que el texto aprobado por el Parlamento del estado aún necesitaba modificaciones.
El republicano señaló, sin embargo, que los parlamentarios ya están trabajando en una nueva versión que dé más poder de decisión a los padres, su mayor petición respecto al proyecto anterior.
«Proteger a los niños de los daños asociados a las redes sociales es importante, como lo es apoyar los derechos de los padres y mantener la capacidad de los adultos para expresarse de forma anónima», escribió DeSantis en la red social X. «Espero que el nuevo proyecto de ley reconozca estas prioridades y se convierta pronto en ley», añadió.
El texto original exigía a las redes sociales impedir que los menores de 16 años tuvieran cuentas, a través de métodos para verificar la edad de los usuarios.
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La mayoría de estas redes exigen una edad mínima de 13 años para abrir una cuenta, aunque no hacen mucho por garantizar que se cumpla esta disposición.
El proyecto iba dirigido a aquellas plataformas que rastrean la actividad de sus usuarios, permiten subir contenidos y tienen un diseño con características adictivas.
Sus promotores denunciaban los peligros de las redes para la salud mental de los jóvenes, así como su uso para actividades dañinas como el ciberacoso.
Legisladores opuestos a esta iniciativa alegaban que, aunque las redes sociales pueden ser peligrosas, son los padres y no las autoridades quienes deben supervisar el uso que hacen los menores.
DeSantis ha defendido en numerosas ocasiones que los padres debían tener un mayor control sobre las decisiones que afectan a sus hijos, por ejemplo en la enseñanza.
Durante su mandato, Florida ha aprobado leyes para restringir la enseñanza de asuntos relacionados con la orientación sexual y la identidad de género.
Algunos críticos aseguraban que el proyecto de ley vetado por DeSantis iba a vulnerar la Primera Enmienda de la Constitución estadounidense, que garantiza la libertad de expresión.
El propio DeSantis alertó en enero que textos similares en otros estados habían quedado bloqueados en los tribunales.