Los diputados ucranianos aprobaron este jueves los presupuestos del Estado para 2024, que dedicarán la mitad del gasto a defensa, en plena guerra tras la invasión rusa.
Tanto Rusia como Ucrania han incrementado masivamente su gasto militar desde que empezó el conflicto, en febrero de 2022, aumentando la producción de armas y municiones.
Según el Ministerio ucraniano de Finanzas, se destinarán casi 1,7 billones de grivnas (unos 47.000 millones de dólares) a defensa, una partida similar a la de 2023.
La cifra es mayor a la del gasto en educación, bienestar social y salud juntos, y supone cerca de la mitad del presupuesto total del país, de 93.000 millones de dólares.
Ucrania ha dependido en gran medida del apoyo del Fondo Monetario Internacional y de aliados occidentales, como Estados Unidos, para mantener a flote su economía durante la guerra.
El gobierno afirmó que necesitará 41.000 millones en ayudas externas para cubrir sus gastos del día a día del año que viene, más o menos la misma cifra que el FMI proyectó que necesitaría en 2023.
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«Las prioridades del presupuesto estatal son claras. Fortalecer las capacidades de defensa, proteger a la población, apoyar los veteranos, aumentar los estándares sociales y la recuperación económica», indicó el Ministerio de Finanzas.
«Tendremos más drones y nuestras propias armas para ganar rápidamente», añadió.
«Todos vemos gente exigiendo que los recursos presupuestarios se destinen a ayudar a la defensa en lugar de a pavimentar y reparar las calles», dijo el presidente Volodimir Zelenski el lunes durante su discurso diario.
«Esto es lo correcto. Todos los recursos deben utilizarse para fortalecer a Ucrania», añadió.
Por su parte, Rusia también prevé incrementar su partida de defensa el año próximo.
Según un documento del Ministerio de Finanzas consultado por AFP a finales de septiembre, los gastos de defensa aumentarán un 68% en 2024 con respecto a 2023, alcanzando los 10,8 billones de rublos (unos 115.000 millones de dólares).
El importe asignado a la defensa representará alrededor del 30% de los gastos federales en 2024 y el 6% del PIB, algo inédito en la historia moderna de Rusia.