El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, criticó este jueves el papel de Estados Unidos en la crisis de Perú, al insinuar que Washington estuvo detrás de la caída del mandatario Pedro Castillo. López Obrador adelantó que planteará esta cuestión a su homólogo estadounidense, Joe Biden, durante la cumbre de América del Norte que se llevará a cabo el próximo 10 de enero en Ciudad de México.
«Que ya no haya injerencismo, que no sucedan estas cosas como las del Perú, porque estén involucrados los estadounidenses o no en el Perú, hay sospechas porque no cuidan ni siquiera las formas», dijo el mandatario izquierdista en su habitual conferencia matutina. AMLO, como se conoce al presidente por sus iniciales, hizo notar que «el primer mensaje después de la destitución del presidente Pedro Castillo (por parte del Parlamento) fue el de la embajadora de Estados Unidos en el Perú», Lisa Kenna.
Y «cuando declaran el estado de emergencia», la diplomática fue a «entrevistarse con la presidenta nombrada por el Congreso (Dina Boluarte) en el Palacio de Lima», añadió. López Obrador sostuvo que abogará ante Biden por «ya no poner, quitar gobiernos en América Latina al antojo de nadie», sino «respetar la soberanía de los pueblos, no vernos como adversarios, mucho menos como enemigos, tratarnos como aliados en todos los países de América».
La Casa Blanca reconoció a Boluarte como presidenta un día después de la destitución de Castillo, quien se encuentra preso tras intentar el cierre del Legislativo, y elogió a las instituciones peruanas por garantizar la «estabilidad democrática».
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— Roberto Cavada (@rcavada) December 22, 2022
López Obrador es uno de los principales defensores del exgobernante, denunciando que es víctima de las élites política y económica del país andino. Alegando injerencia en sus asuntos internos, el nuevo gobierno peruano declaró «persona non grata» al embajador de México en Lima, Pablo Monroy. A su vez, México concedió asilo a la familia de Castillo y descartó romper relaciones.
El mandatario mexicano volvió a defender a Castillo este jueves al sostener que su destitución «fue un golpe del conservadurismo del Perú, del mandamás del Perú, que como los conservadores de México y otros países son clasistas, racistas y muy corruptos».