En la fotografía Gustavo Petro y Rodolfo Hernández. Foto: La Hora/AFP

El senador y exguerrillero Gustavo Petro, vencedor en la primera vuelta de este domingo, disputará en un balotaje la presidencia de Colombia con Rodolfo Hernández, un outsider millonario que sacó sorpresivamente a la derecha de la carrera por el poder.

Petro ganó la elección con el 40,3% de los votos, 12 puntos porcentuales más que Hernández (28,2%), con quien disputará una segunda vuelta el 19 de junio, según informó la Registraduria al concluir el conteo previo al escrutinio.

Con esos resultados, los colombianos propinaron un castigo inédito a los partidos tradicionales y especialmente a la derecha, que por primera vez quedó relegada de la disputa por la presidencia.

Hernández derrotó a Federico Gutiérrez (23,8), el candidato de una coalición de fuerzas afines al oficialismo, y a Sergio Fajardo (4,2%), el aspirante de centro.

 

Petro, de 62 años, y Hernández, de 77, se medirán en un balotaje para elegir al sucesor de Iván Duque, muy impopular por el manejo económico de la pandemia y quien enfrentó masivas protestas en 2019 y 2021 encabezadas por jóvenes que fueron duramente reprimidos por la fuerza pública.

Como lo anticipaban las encuestas, la izquierda alcanzó su mejor resultado electoral en un país gobernado históricamente por élites, con la mayor producción de cocaína del mundo y una violencia rural en aumento, pese al acuerdo de paz de 2016 que desarmó a la guerrilla de las FARC.

Hasta hace una semana los sondeos mostraban a Gutiérrez como el probable rival de Petro en el segundo turno. Pero Hernández, que no pertenece a un partido político y es difícil de ubicar en el espectro ideológico, se convirtió en la sorpresa.

«Hoy sabemos que hay una ciudadanía firme para acabar con la corrupción como sistema de gobierno», señaló el outsider de esta campaña, que esperó los resultados en traje de baño y tomando cerveza en el patio de su mansión, según un video compartido a los medios por su campaña.

ALTERNATIVA INCIERTA

Petro, que depuso las armas en 1990 tras la desmovilización del M-19, el grupo rebelde nacionalista en el que militó por 12 años, llegó a esta elección abanderando el cambio y la ruptura.

«Estamos representando la voluntad del cambio (…) confío que esa voluntad de cambio sea mayoritaria», expresó el candidato tras votar en un barrio popular de Bogotá.

Según el analista Daniel García-Peña, «en estos últimos cuatro años se ha profundizado la desigualdad y los niveles de pobreza, la inconformidad y el descontento, y quien ha sabido leer e interpretar y conectarse con el electorado es Petro».

Tal fue la sensación que se percibió entre muchos votantes. «Las personas que han dirigido el país lo tienen despedazado, entonces hay que cambiar», dijo a la AFP Luis Hernán Álvarez, guardia de seguridad que votó por Petro en Bogotá.

 

Así, los colombianos elegirán a su próximo presidente entre el cambio radical que plantea Petro y la alternativa incierta de Hernández, quien engloba todo su programa en el combate frontal a la corrupción.

«Hoy perdieron las gavillas que creían que serían gobierno eternamente», se felicitó Hernández, constructor y exalcalde de Bucaramanga, una ciudad del noreste del país de casi 600.000 habitantes.

Hernández buscará gobernar este país de unos 50 millones de habitantes con apenas dos congresistas en un cuerpo de 296 legisladores, y a la espera de que las fuerzas contrarias a Petro se unan en torno a su candidatura.

TRANSPARENCIA EN DUDA

El Pacto Histórico, la coalición que encabezan Petro y Francia Márquez, la ambientalista que quiere ser la primera vicepresidencia afro, obtuvo en marzo el mejor resultado para la izquierda en las legislativas, aunque sin asegurar mayorías.

La Registraduría quedó en entredicho por las inconsistencias en el conteo preliminar de esos comicios, que le restaron votos al movimiento de Petro y a otras agrupaciones políticas. El desfase de un millón de votos entre el cómputo preliminar y el escrutinio sembraron dudas sobre la transparencia del proceso.

Ante la ausencia de una auditoría externa del software empleado para la suma de los sufragios, la campaña de Petro anunció su propia veeduría, y expresó preocupación por la compra de votos.

Durante la tensa y polarizada campaña, Petro también denunció amenazas. Su protección fue reforzada, lo que lo obligó a blindarse con chaleco antibalas y escudos a su alrededor para subir a las tarimas, ante el temor de un magnicidio como los del siglo XX, cuando fueron asesinados cinco presidenciables.

Empresarios, ganaderos y sectores conservadores temen que Petro conduzca el país hacia el abismo con su ambicioso plan para suspender la exploración de petróleo, que responde por la tercera parte de las exportaciones (13.500 millones de dólares en 2021).

El senador propone además reformar el sistema público-privado de pensiones y la policía, implicada en violaciones de derechos humanos durante la represión de las protestas.

Cualquiera sea el vencedor tendrá que lidiar con un país todavía convaleciente por los estragos de la pandemia.

La pobreza alcanza al 39% de la población, el desempleo urbano al 17,2% y la informalidad al 43,5%. La corrupción y la situación económica son las principales preocupaciones de los colombianos, según la firma Invamer.

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