La forma en que fue aprobado el presupuesto fue la gota que rebalsó el vaso, pero la indignación de la ciudadanía es algo que venía madurando por la insolencia de la corrupción que llegó a adquirir formas de descaro y cinismo que colmaron la paciencia de un pueblo que parecía resignado a soportar cualquier cosa que hicieran los que dirigen la dictadura de la corrupción. Por ello se alzaron las primeras voces de protesta pero la indignación va creciendo cuando se escucha que el Presidente y el Congreso usarán a las huestes de Jovel y de los sindicalistas de Salud como fuerza de choque, mientras que los alcaldes más corruptos también cierran filas para dar su “irrestricto apoyo” al Presupuesto que dejó de ser obra del Congreso para convertirse en el proyecto del mismo Giammattei.
Y mientras el Vicepresidente criticaba ese presupuesto y proponía que tanto él como el Presidente presentaran su renuncia para permitir una mesa limpia que ofrezca esperanza de transparencia, se conoció que luego de que la FECI descubrió la oficina privada instalada en un hospital, donde el preso Gustavo Alejos se reunía con abogados para orquestar la elección amañada de las Cortes y fue enviado nuevamente al centro de detención, el sistema penitenciario le aseguró el privilegio, del que no goza ningún otro preso, de tener una oficina privada para seguir atendiendo abogados sin que ni la FECI ni nadie meta su cuchara.
El sistema está hecho pedazos y ahora lo representan, sin careta ni disimulo, el gobierno, diputados, sindicalistas y alcaldes que están dispuestos a dar la batalla contra las organizaciones sociales y contra los individuos que se oponen a la corrupción, haciendo que Jimmy Morales se quede chiquito en comparación con lo que preparan. Ya algunos de los que inicialmente protestaron bajaron el tono porque se les recordó que ellos son parte del compromiso de la corrupción e inmediatamente dejaron de pedir el veto.
Tras aprobar el Presupuesto hicieron obvio que van tras la CC dando trámite a una denuncia espuria de quienes están atrás de los rusos que “se hicieron guatemaltecos a punta de mordida”. Y ahora van también contra el Vice, quien ya estaba en el punto de mira, y se empieza a hablar de que su ponderada petición será denunciada como un acto de sedición.
Lejos de entender la indignación ciudadana y aplacarla con sensatez, por lo visto van frontalmente con intención de aplastarla con todos los medios y recursos que tienen a su alcance en este país donde se retuercen las leyes.