Hace muchos años que los políticos usan al Estado para su beneficio y lo han convertido en una piñata que se va destruyendo cada vez que le sacan los dulces. La última información concreta llega del Ministerio de Economía que ha denunciado la escandalosa contratación de personal en el renglón 029 elevando el gasto en ese rubro hasta los setenta millones de quetzales, no obstante que la asignación contemplada en el Presupuesto es de treinta y siete millones, lo que deja un déficit imposible de cumplir de treinta y tres millones.
En el final de su gestión el ministro Acisclo Valladares infló la nómina, como lo hacen tantos políticos, en clara acción del tradicional compadrazgo que no se ha erradicado en nuestro medio. Pero obviamente con esa actitud le dio los golpes que hacían falta para romper la piñata y ahora el Ministerio de Economía tiene que tomar acciones para destituir a todo ese personal innecesario e improductivo, pero obviamente se tienen que sentar precedentes si queremos evitar la destrucción total del Estado como causa de esa costumbre de que cada uno que pasa por los altos cargos, se pone la venda y agarra el palo para hacer lo que esté a su alcance para romper y acabar con la piñata.
El Ministerio de Economía se suma a los de Desarrollo, Medio Ambiente, en donde las nuevas autoridades han señalado las irregularidades que se complican más porque resulta que los recién nombrados lo primero que hicieron fue afiliarse a los sindicados y se procedió al emplazamiento para evitar despidos.
Por cierto, que esas acciones de los sindicatos de las entidades públicas son las que destruyen el movimiento sindical porque lo tergiversan, al convertirlo en instrumento para beneficio de los peores, en vez de ser el que busca el beneficio de los mejores trabajadores. Un sindicalismo corrompido es el complemento necesario para la destrucción del Estado, porque se coluden con los funcionarios más sinvergüenzas para exprimir al máximo las finanzas públicas.
El Ministerio de Economía tiene que proceder a hacer la denuncia penal correspondiente porque un funcionario no puede nombrar personal si no existe partida presupuestaria para cubrir su salario y eso fue lo que hizo el anterior ministro, Valladares Urruela, quien obviamente no pudo ser contactado por los reporteros para que explicara el porqué de su turbia decisión.