
El tema de la seguridad vial nos surge cada poco tiempo como un imperativo para actuar de manera correcta y enérgica, para evitar la cantidad de muertos y heridos que se acumulan cada año por descuidos que van desde las condiciones de la red vial hasta la irresponsabilidad de pilotos que no miden las terribles consecuencias de sus actos, sin olvidar, por supuesto, la deplorable condición de muchas de las unidades de transporte público.
La semana pasada, casi terminando el año 2025, se produjo un trágico percance en el que 16 personas perdieron la vida y varios quedaron heridos cuando un bus de transporte extraurbano se precipitó en un barranco en la Cumbre de Alaska, jurisdicción de Nahualá, en el departamento de Sololá. No es, ni por asomo, lo más trágico que ha ocurrido en este año en materia de accidentes viales, pero indudablemente que esas 16 almas reclaman, por lo menos, que se entienda la dimensión del problema de la inseguridad existente y el riesgo que diariamente corren millones de personas que se desplazan por la red vial del país.
Ya en el mismo barranco ocurrió un accidente similar hace algunos años y, como siempre, las familias de las víctimas no pueden más que llorar su pérdida porque muchas veces no hay seguros vigentes y por ello ni siquiera se aplica un adecuado sistema de compensación o indemnización. Hay empresas de transporte que no tienen al día sus seguros y tampoco asumen la responsabilidad que tienen por el estado de las unidades o la impericia de pilotos que son contratados sin exigirles el cumplimiento de requisitos indispensables.
Basta circular por cualquiera de nuestras vías públicas para ver la cantidad de irresponsables que circulan conduciendo de manera torpe y descuidada, exponiendo no solo sus propias vidas sino las de otras personas. Tanto a nivel de país como en los distintos municipios hay un total descuido y desinterés por emprender una seria política de prevención de accidentes que debe partir de la aplicación de severas sanciones para los que infrinjan las disposiciones de tránsito más elementales.
Creemos que es importante hacer cuenta de la cantidad de personas que murieron o sufrieron heridas en accidentes de tránsito a lo largo del año porque ello nos permitiría, no solo tener más conciencia de lo riesgoso que es nuestro sistema vial y de transporte, sino la obligación de mejorar la vía pública y un eficiente control policial del tránsito, no únicamente con la idea de imponer multas o sacar mordidas, sino para sentar enérgicos precedentes contra quienes incurren en acciones irresponsables.
Es triste despedir el año con este tema, pero insistimos en que no se puede caer en simplemente reportar hechos trágicos sin entender que socialmente hay una gran responsabilidad para irlos reduciendo.







