Figura emblemática es aquella que siendo muy representativa y significativa, se convierte en el símbolo de una idea por el hecho de que sus actuaciones lo convierten en ejemplo vivo y tangible de alguna importante y trascendente situación. Por ello es que resulta muy importante el trabajo publicado en La Hora el pasado 13 de diciembre sobre el crucial papel que juegan en la actualidad el Rector “Magnífico” de la Usac, Walter Mazariegos, y el Magistrado de la CC, Nester Vásquez, en el tema específico de la conformación del futuro TSE.
Y es que pocos personajes pueden considerarse tan representativos y significativos de la realidad de nuestra academia y de nuestro sistema de justicia como dichas personas. Antaño cuando uno pensaba en emblemáticas figuras académicas salían muchos Rectores de verdad magníficos de la Universidad de San Carlos, como Carlos Federico Mora, Carlos Martínez Durán, Miguel Asturias Quiñónez, Vicente Díaz Samayoa, Edmundo Vásquez Martínez y Rafael Cuevas del Cid, los dos últimos también juristas honorables a los que se agregan Arturo Herbruger, Federico Carbonell, Miguel Ortiz Passarelli, Luis Valladares Aycinena, Hernán Hurtado Aguilar y otros que entendieron la responsabilidad de administrar justicia.
Walter Mazariegos y Nester Vásquez destacan, indudablemente, porque son las figuras emblemáticas de la destrucción de nuestra prestigiosa academia y de nuestro tradicional sistema de justicia, que sufren por la captura del Estado y todas sus instituciones que han realizado distintos grupos de poder concentrados, única y exclusivamente, en sus propios intereses, abandonando los viejos valores y principios que enaltecían a quienes, en aquellos dorados tiempos, podíamos considerar como verdaderas figuras ejemplares.
La Usac empezó a sufrir el deterioro cuando llegaron rectores que se preocupaban más por hacer juegos políticos o económicos que por la superación de la enseñanza. No digamos el tema de justicia, en el que se impuso la prioridad de garantizar absoluta impunidad a los ladrones y usar la ley para perseguir a los críticos del funesto modelo que se implementó en el país.
Y ahora, cuando estamos a las puertas de integrar un nuevo Tribunal Supremo Electoral y tomando en cuenta las marufias que desde el Ministerio Público se armaron para bajarse el proceso electoral último, es muy importante y significativo el papel que juegan estas figuras totalmente emblemáticas de la realidad del país. La nota explica claramente cómo mueven sus piezas en el seno del Colegio de Abogados para buscar posiciones decisivas en la Comisión que tendrá la responsabilidad de postular a los nuevos magistrados del ente que deberá dirigir y certificar el siguiente proceso electoral guatemalteco en el que, obviamente, nos estaremos jugando el todo por el todo.








