Editorial 10122025
Foto La Hora: Francisco Roberto Altán.
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Ayer, 9 de diciembre, se celebró mundialmente el Día Internacional contra la Corrupción, fecha establecida en octubre del año 2003 por la Asamblea General de Naciones Unidas por considerar que la corrupción es un grave problema social, político y económico que afecta a prácticamente todos los pueblos del mundo, socavando las instituciones al pervertir el imperio de la ley, según reza el acuerdo de creación.

En Guatemala únicamente el Ministerio Público de Consuelo Porras celebró la fecha, lo cual no deja de ser una cruel paradoja pues esa institución a cargo de la persecución penal de los operadores de la corrupción se distingue por brindar amplia protección, sobre todo a los responsables de los dos gobiernos en los cuales la actual Fiscal General, Consuelo Porras, fue designada. Se le hizo entrega de una “memoria de labores” por parte del Secretario Anticorrupción del MP, no obstante que estamos por llegar a los 700 días sin que la entidad haga absolutamente nada para investigar actos en los que pudieron estar involucrados Giammattei y su compañero de vida y Jefe de Jefes.

Lamentablemente hemos sido testigos, todos los guatemaltecos, de la forma en que se han desmantelado casos de corrupción investigados en el pasado y cómo los sindicados no solo quedan en libertad sino hasta se les devuelven los bienes y el dinero mal habido que pudieron caer en extinción de dominio, según la ley.

Dada la realidad de Guatemala aquí esta fecha debió tener mucha más resonancia tomando en cuenta que el nuestro es un país en donde la institucionalidad fue capturada por las mafias para hacer a su sabor y antojo toda clase de negocios con el dinero público y donde el imperio de la ley fue hábilmente pervertido para ponerlo al cien por ciento al servicio de la impunidad de quienes se enriquecen con el dinero que debiera ser usado para promover desarrollo humano y crear oportunidades a nuestra gente. Además de someterlo al servicio de la impunidad se convirtió en instrumento para acosar y perseguir a quienes claman y reclaman por un verdadero régimen de legalidad y la depuración de los vicios del sistema.

Pero ante la indiferencia de una buena parte de la población que sabe perfectamente lo que está pasando y quiénes son los operadores de los negocios y del encubrimiento, resulta que es el Ministerio Público la entidad nacional que, con bombos y platillos, celebra el Día Internacional contra la Corrupción y entregan a Consuelo Porras una “memoria de labores”, pese a que sabemos que esas labores han sido orientadas básicamente a garantizar que quienes fueron parte de los gobiernos de Morales y Giammattei estén impunes, lo mismo que aquellos de regímenes anteriores que habían sido objeto de alguna investigación.

¡Despertemos como pueblo para no seguir en esa ridícula condición que permite al MP ser quien celebra esta fecha!

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