La misión de observación de la Organización de Estados Americanos, el CACIF y el Panel de Expertos Independientes han expresado su gran preocupación por el papel que pueden jugar los grupos criminales que operan en el marco de la captura de las instituciones públicas en los procesos de postulación para el TSE, el Ministerio Público, la Contraloría de Cuentas, la conformación de la Corte de Constitucionalidad, Banco de Guatemala y Superintendencia de Bancos, todo lo cual deberá ocurrir en el año 2026.
No es exagerado decir que Guatemala se juega el todo por el todo con esos procesos porque el rescate de la justicia y el combate a la corrupción dependerán totalmente de cómo queden integrados esos órganos. Una de las primeras preocupaciones ha sido el temor que detectaron -entre ciudadanos competentes y honestos- quienes sienten que de postularse pueden ser objeto de ataques no solo mediáticos sino legales de parte de las actuales autoridades, especialmente del MP que se ha volcado a perseguir a quienes cuestionan el papel que juegan todos esos grupos criminales.
El otro punto preocupante para los observadores es el papel que juega la Universidad de San Carlos que, por su naturaleza, tiene especial influencia en las postulaciones y designaciones, tema que se ve seriamente afectado por la forma en que se manejó la elección de Rector y por la forma en que se ha manoseado el Consejo Superior Universitario, todo ello como parte de la jugada que colocó a Walter Mazariegos en la Rectoría.
Sin tapujos, todos los observadores han señalado que Guatemala se juega el todo por el todo y manifiestan su preocupación por el papel que juegan los grupos criminales que entienden perfectamente lo que significaría un cambio como el que la ciudadanía espera. Por ello es que en La Hora insistimos en que es deber de los guatemaltecos honestos participar de manera formal, no solo postulándose para los cargos, sino también en la vigilancia activa que debe existir en este crucial proceso. Y nos satisface ver que el principal grupo empresarial, así como los pueblos originarios, han dado un paso al frente para expresar tanto su preocupación como su compromiso con los cambios que pueden modificar el rumbo del país.
No se puede dejar de mencionar el revés que para los grupos criminales ha sido la buena relación entre el gobierno de Trump y el del presidente Arévalo pues habían apostado con vigor y público entusiasmo a cabildeos para lograr que la Casa Blanca fuera un factor esencial en la lucha que mantienen para rechazar el mandato popular en las urnas.
Aún falta camino por recorrer y es indispensable la presencia de la gente honesta y comprometida para derrotar a las mafias que desesperadamente se aferran al poder que hoy tienen.








