Editorial Barnoya
con UNOPS, mucho menos embargarle el sueldo a las autoridades del IGSS. Foto La Hora.
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El embargo del sueldo del ministro de Salud, Dr. Joaquín Barnoya, es apenas una mancha más al enorme tigre en el que se encuadra todo el caso de UNOPS montado por el Ministerio Público contra el presidente Bernardo Arévalo dentro del burdo y manifiesto esfuerzo por derrocarlo de la Presidencia de la República. Ratificamos que para La Hora es fundamental la investigación de cualquier caso que tenga o parezca tener vicios de corrupción, pero también que la labor tiene que ser objetiva e imparcial, sin sesgos descarados como ahora ocurre.

Empecemos por decir que en la época de Alejandro Giammattei y su Jefe de Jefes (es decir el mandamás) se dispuso que el Instituto Guatemalteco de Seguridad Social utilizara los servicios de la UNOPS, entidad de Naciones Unidas para el apoyo de diferente tipo de proyectos de los países miembros, a fin de abaratar el costo de los medicamentos. Guatemala sufre de la captura que en el tema de las medicinas han hecho algunas empresas que elevaron mañosamente los precios, al punto que en nuestro país los medicamentos son más caros que en otros lugares del mundo, todo para que en cada compra puedan pagarse mordidas.

Nunca el Ministerio Público investigó absolutamente nada respecto a aquella contratación con UNOPS, mucho menos embargarle el sueldo a las autoridades del IGSS como ahora pretende hacer con el ministro Barnoya de una manera absolutamente ilegal, pues él goza del derecho de antejuicio. Es más, hemos publicado lo que el IGSS se ahorró por esa negociación, muestra inequívoca de lo que el Estado puede alcanzar para salvarse de ese mercado voraz que existe en Guatemala. Y lo del famoso 1% se subsana si el convenio se hace anual y se va renovando.

Por supuesto que ya es sabido que el MP no investiga nada relacionado con corrupción de los gobiernos que colocaron a Porras allí para ser garantía de impunidad, pero el que el mismo tipo de operación sea analizado con esos dos diferentes raseros es algo que ya pasa de castaño a oscuro y evidencia la desesperada acción que no persigue justicia ni promueve transparencia. Simple y sencillamente pretende salir de Arévalo y su gente antes de que termine el período de la Fiscal.

El sueldo de Barnoya no puede ser embargado simplemente porque a alguien no le gusta el contrato con UNOPS. Tiene que sustentarse que hay malos manejos y enriquecimiento ilícito para tramitar el antejuicio y aun así debe probarse plenamente el crimen para aplicar sanciones. Por supuesto que aquí todo eso es fácil porque abundan los Orellanas que están allí para jugar el papel que demande Porras, Pineda y Cía, pero ni siquiera por disponer de aliados tan sumisos han podido cuidar formalismos y probar algo, simplemente porque no tienen pruebas de nada de lo que han dicho.

Lo que está en juego no es el sueldo de Barnoya sino el adecuado tratamiento de pacientes que necesitan medicamentos para curarse. Y eso es lo que está comprometiendo el MP en su desesperada acción.

Redacción La Hora

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